Las ayudas para evitar los cortes de luz y contribuir al pago de los recibos de las familias con menos recursos económicos se han quedado muy lejos de los objetivos marcados inicialmente por la Xunta. El Gobierno gallego calculó que en 2016 los potenciales beneficiarios de estos programas podrían ascender a 40.000 hogares, pero las cifras reales fueron bien distintas, pues las familias perceptoras de estas prestaciones apenas superaron las 3.300. En consecuencia, algo más del 80% del presupuesto reservado para esta finalidad el pasado año, que en total ascendía a 2,7 millones de euros, se quedó sin gastar. Fueron casi 2,2 millones los que se finamente se tuvieron que destinar a objetivos distintos para los que se habían asignado. En este escenario, la Consellería de Economía, Emprego e Industria estudiará la introducción de mejoras en la gestión de estas ayudas y la ampliación de la cobertura una vez se desarrolle el nuevo marco normativo impulsado por el Gobierno central para paliar la pobreza energética.

Las ayudas se estructuran en dos programas. Por una parte está el llamado tique eléctrico social -puesto en marcha en 2014- destinado a pagar la factura de la luz con hasta 300 euros al año, y por otra, una línea de prestaciones -que arrancó a finales de 2015- para evitar el corte del suministro eléctrico por impago de recibos, que aporta 200 euros como máximo para afrontar dos mensualidades.

Según los datos de la Consellería de Economía, desde que se implantaron estas medidas de apoyo a las familias con menos recursos, fueron cerca de 7.800 los hogares que recibieron ayudas. Y de ellos, algo más de 3.300 se concedieron el pasado año, 2.200 bajo la modalidad del tique eléctrico y otras 1.000 para evitar los cortes de luz por impago de los recibos. Unas cifras muy alejadas de las previsiones originarias. No obstante, el departamento de Francisco Conde sostiene que se "atendieron todas las solicitudes" que llegaron a la Administración autonómica.

Aún así, la intención de la Xunta es introducir mejoras en las condiciones de las ayudas para ampliar la cobertura, algo que se estudiará una vez el Gobierno central desarrolle el real decreto que reformula el bono social para garantizar su financiación sin coste para los consumidores e introduce medidas de protección para las familias más vulnerables.

El ticket eléctrico gallego contó el pasado año con una asignación presupuestaria de 2,1 millones de euros, pero finalmente solo se destinaron a este fin 433.200 euros, el 21% del capítulo. Del resto de la partida, casi 1,7 millones de euros, la mitad se desvió al fondo de imprevistos del Gobierno gallego -sin un objetivo concreto- y la otra mitad se derivó a otros capítulos de gastos varios, como a la Fundación Feiras de Lugo, a paneles indicadores de hospitales, al alumbrado de la Cidade da Cultura o actividades de promoción del comercio.

En cuanto al fondo para evitar cortes de luz por impago de facturas, su montante era de 600.000 euros, pero apenas se gastaron en ayudas a las familias 69.000 euros. El resto, más de medio millón de euros, se traspasó al fondo de contingencia de la Administración autonómica.

Así que en total, de los 2,7 millones que inicialmente la Xunta tenía previsto dedicar a hogares vulnerables para ayudarles a pagar el gasto energético, solo cumplieron esta finalidad 502.100 euros, quedando para otros fines algo más del 80% del partida originaria.

El ticket eléctrico consiste en una subvención anual de entre 180 y 300 euros anuales (este última cantidad para las familias numerosas). Para acceder a estas ayudas, los ingresos totales deben ser inferiores a 1,5 veces el Iprem (9.585 euros anuales), residir en Galicia y convivir con menores de edad o con personas dos discapacidad.

En el caso del programa para evitar los cortes de luz, la Xunta se hace cargo de hasta dos facturas mensuales por un importe máximo de 200 euros. Para beneficiarse de esta prestación, los ingresos totales por hogar no pueden superar el Iprem (6.390 euros al año) y además se deben tener recibos sin abonar después de haber superado el límite de pago. En esta modalidad, la Xunta también incluye el pago, sin variar el importe total, del consumo de gas.