Aunque desde 2012 se ha reducido el número de diagnósticos por el virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH) en Galicia -hasta los 149 de 2015, la cifra más baja de la década-, la Consellería de Sanidade ve "preocupante" que la mitad de los nuevos casos de VIH se detecten tarde y busca ponerle remedio. Para ello ofrecerá de forma rutinaria la prueba del VIH a las personas con edades comprendidas entre los 15 y los 59 años, "sexualmente activas", cuando vayan a hacerse una analítica de sangre a su centro de salud.

Esta medida forma parte del Plan galego anti VIH/sida e outras infeccións de transmisión sexual 2015-2018 pero llegaba ayer al Parlamento gallego de la mano del PP, quien argumenta la necesidad de ponerla en marcha en centros de atención primaria para "reducir" el diagnóstico tardío, lo que resulta "especialmente relevante", defienden desde la formación y desde la Consellería de Sanidade, para "reducir la transmisión del virus entre la población" y "mejorar el pronóstico de los casos".

El PP logró en el pleno el visto bueno de los socialistas y accedió a incluir uno de los puntos de la enmienda del PSdeG, que invita a "atender las demandas de los colectivos LGTB para la supresión de terminología excluyente y/o estigmatizadora en los planes y programas autonómicos". En Marea y BNG se abstuvieron. En el debate, la oposición fue crítica al advertir, como Eva Solla (En Marea), que es preciso "recuperar los presupuestos en esta materia, porque, si no, de nada sirve que se haga esa prueba". Noa Presas (BNG) reprochó que la medida "no innova nada", al estar en el plan. Julio Torrado (PSdeG) también reclamó "dotar presupuestariamente el plan".

Torrado pidió excluir de la propuesta del PP la expresión "sexualmente activas", pero se mantiene en el texto que defendió Marta Rodríguez y que sostiene cómo los cambios en los últimos años en la "epidemia" del VIH en Galicia la convierten en una infección "básicamente de transmisión sexual".

Cuando se presentó el Plan, en 2015, la recomendación de hacerse la prueba (que se oferta ya a embarazadas y reclusos) se limitaba a los centros de salud con tasas de infección elevadas. La entonces conselleira, Rocío Mosquera, avanzó además que se potenciaría el test en "centros juveniles y farmacias", dado que los jóvenes son uno de los colectivos que preocupan a la Xunta.