A los padres gallegos les preocupa qué hacen sus hijos en internet, a la que una cuarta parte de los escolares gallegos de entre 12 y 18 años se pasa enganchado más de cinco horas al día. Pero no es de extrañar que se inquieten, y es que la misma investigación de la Universidade de Santiago que permitió constatar la problemática afición a la red de muchos menores también reveló que casi 16.000 adolescentes en Galicia admiten que quedan con extraños que conocieron por internet, más de 6.000 envían imágenes o vídeos de sí mismos de contenido erótico o sexual a través de la red o el móvil (sexting) y una cantidad incluso superior juegan dinero en webs de apuestas.

Con esas premisas, los progenitores, a los que según los expertos les preocupa, además de las apuestas, el ciberacoso, el sexting o el grooming (actos de adultos que buscan ganarse la confianza de un menor para poder abusar sexualmente de él), intentan hacer los deberes. De hecho, más de 2.500 se apuntaron ya en alguna actividad, desde charlas o cursos para mejorar la seguridad en el uso de internet, en los que también participan menores o docentes. Así ocurre por ejemplo en "Rapaciñ@s, a tecnoloxía ben segura", una de las iniciativas de la Axencia para a Modernización Tecnolóxica de Galicia en colaboración con el Colexio Oficial de Enxeñería en Informática de Galicia, que desde el año pasado combina talleres de programación y robótica para los pequeños y charlas sobre uso seguro de internet para los adultos que han interesado a 500 personas.

¿Y qué se les enseña a los padres? Fundamentalmente que "Internet aporta muchísimo valor educativo a los hijos, pero hay riesgos que deben conocer, como el sexting y el ciberacoso". Así lo explica Fernando Suárez, presidente de los ingenieros informáticos gallegos, quien señala que no se trata de convertirse en expertos tecnólogos. "Es más sencillo: por ejemplo, si los padres quieren saber quiénes son los amigos de sus hijos, en internet también", explica. Además, aconseja que a los menores se les permita navegar en zonas comunes de la casa, donde se pueda supervisar qué hacen. Claro que "no consiste en estar sentado al lado en el sofá, sino de echar una ojeada, ver qué hacen, preguntar qué hacen, y sobre todo transmitir confianza de que van a poder responder si les surge a los niños alguna cuestión". Insiste mucho en este punto: el menor "debe ver al padre como aliado". Por eso desaconsejan usar software espía. "No es aconsejable si se quiere fomentar una relación de confianza", avisa. Añade que es probable que el hijo "se dé cuenta" y que incluso pueda averiguar cómo saltárselo.

Suárez cuenta que los padres preguntan sobre todo por los riesgos y los expertos les advierten que no den tarjetas de crédito a menores por si hacen un uso "indebido" en apuestas o compras, dado que pueden entrar en sitios no acordes con su edad. "El riesgo existe. Es tan fácil como mentir con la edad. Se recuerda a los padres estar vigilantes", señala Suárez. A la par, advierte que para los más jóvenes internet "es muy positivo y necesario y prohibirlo, como hacen algunos padres, como el móvil o el whatsapp, supone excluir a su hijo del entorno del círculo de amistades". "No hay que ser extremadamente proteccionista, pero hay unos riesgos y hay que conocerlos", proclama.

Iniciativas como "Rapaciñ@s", desarrollada junto al Colexio de Informáticos, son una pata más de las actividades con las que la Xunta les echa una mano a los padres de los nativos digitales para que puedan formarse en uso seguro de internet. Además, en las aulas CeMIT cursos sobre el uso seguro de la red, de las TIC en menores o los programas de control parental acumulan más de 2.000 inscritos desde 2011. La Xunta permite acceder a algunos de estos conocimientos sin salir de casa, a través de la plataforma de teleformación EMA. Así, desde octubre están disponibles "Control parental" y "Seguridad informática", de 10 horas cada uno. Ya se interesaron hasta ahora 112 personas.

Aparte, los padres también están acompañados de niños y de docentes en otra iniciativa del Colexio de Informáticos junto a la Consellería de Educación. Se trata de "Navega con rumbo", donde los interesados aumentan: de los 300 padres apuntados en 2011 se pasó a los mil en 2014.