Hace un año el Ejecutivo de Euskadi aprobaba una normativa que obligaba a implantar desfibriladores semiautomáticos externos (DESA) para asistir a personas que puedan sufrir una parada cardíaca en espacios públicos de gran aforo, desde colegios a centros comerciales, pasando por estadios o zonas de tránsito de viajeros. Entonces la Consellería de Sanidade avanzó que trabajaba en un decreto "en la línea de Euskadi". No obstante, el departamento que dirige Jesús Vázquez Almuiña, que presentó ayer el anteproyecto de la norma, que entra en fase de información pública, ha optado ahora por "recomendar" su instalación en zonas de gran afluencia de personas, en vez de optar por la "obligatoriedad", como en el País Vasco.

El subdirector xeral de Ordenación Asistencial, Antonio García Quintáns, señaló que el objetivo de la norma es "tener muchos desfibriladores en la calle y muchas personas que los sepan manejar entre los ciudadanos". Así, argumentó que se trataba de "ponerlo fácil" y que si bien "alguna comunidad optó por hacerlo obligatorio en algunos espacios", la Xunta entendió que esa no era la vía, por lo que "recomienda" en general su instalación, "especialmente" en grandes establecimientos y centros comerciales, aeropuertos y puertos, estaciones de bus y de tren -sobre todo en poblaciones de más de 20.000 habitantes-, zonas con actividades recreativas o espectáculos, instalaciones deportivas -especialmente con más de 500 usuarios-, centros educativos con más de mil plazas o lugares donde exista un "riesgo elevado" de que se produzca una parada cardíaca.

A pesar de que el Sergas trabajó al inicio con la idea de imponer la instalación de estos aparatos, García Quintáns argumentó ayer que "conseguir una docena de desfibriladores obligatorios en espacios muy grandes no aportaba nada si lo que transmitíamos es que el resto de los espacios se veían libres de ninguna obligación". "Lo importante", alegó, según recoge Europa Press, "era concienciar de la importancia y que por tanto los centros grandes iban a caer por su propio peso en esa filosofía". En el caso de Euskadi el Gobierno informó de que se pasó de los 550 DESA de principios de 2015 a los casi 900 registrados un año después de entrar en vigor la nueva normativa.

La Xunta insiste que "simplificar muchísimo" el trámite de inscripción de estos aparatos hará que se eleve su número fuera del ámbito sanitario, desde los 700 existentes en la actualidad en centros privados, según cifras aportadas por García Quintáns y el director de la Fundación Pública Urxencias Sanitarias de Galicia-061, José Antonio Iglesias. Este explicó que en los últimos 15 años se atendieron con DESA más de 5.000 paradas cardíacas y que más de 700 personas recuperaron el pulso. "Da una idea importante de lo fundamental que es instalarlos cada día en más lugares", indicó, para recordar que, en todo caso, hay que llamar al 061 y seguir las indicaciones.

Aunque no obliga a instalar estos dispositivos, la Xunta propone que en las licitaciones de contratos la oferta de DESA suponga "una mejora que contabilice en el concurso".