El sector de operadores de productos del mar tiene nombre propio en España: Ría de Vigo. Con el mercado interno en recuperación y el dólar apreciado frente al euro, los canales de venta se despejaron un poco más en 2015 y permitieron al sector fortalecer su supremacía con un 8,2% más de toneladas comercializadas, hasta totalizar las 658.527, según los datos oficiales recopilados por FARO. Teniendo en cuenta que esta industria realiza un consumo intensivo de capital, la rebaja de los tipos y el consiguiente abaratamiento de la financiación actuó como viento de cola. Eso sí, el avance del sector contrasta con un escenario de elevados precios y descenso de capturas en caladeros como el de Argentina o Namibia, que aprovisionan a la industria de la especie estrella: la merluza. Las veinte principales compañías -solo una tercera parte serían de fuera de Vigo de haber recopilado datos estatales- elevaron sus ingresos (16%) por encima de la mejora de las ventas (8,2%) gracias a los productos de mayor valor.

Pescanova atravesó en 2015 un ejercicio de transición que habrá de consolidar en el futuro con la definición de nuevas estrategias por parte de su consejero delegado, Ignacio González, para entrar en nuevos mercados y rentabilizar la cadena de valor. Comercializó 184.000 toneladas, un 2,2% más que en 2014. La compañía no desvelará su cuenta de resultados hasta final de mes pero estos datos avanzan un buen volumen de negocio. Con la marca como mejor campaña de marketing, Pescanova ha sorteado dificultades endógenas como la huelga que paralizó durante un mes su filial namibia a finales de año o la dependencia de proveedores externos para el salmón, que es el cuarto producto de pescado congelado más consumido en España (tras la merluza, la sardina y los moluscos).

A favor del gigante de Chapela, la confianza de clientes, proveedores -han dejado de cobrar por adelantado sus facturas- y su integración plenamente vertical. Pesca, cultiva, transforma, comercializa, distribuye y exporta, lo que le permite estar menos expuesta a las fluctuaciones del mercado. Entre ellas, el incremento de precios por la subida de la demanda en China, la escasez de capturas en sus dos principales caladeros o enfermedades como el EMS (Early Mortality Syndrome), que atacan las granjas de langostino y fue muy virulento en las factorías asiáticas.

Tras la estela

El podio se completa con las mismas empresas que el año pasado: Pescapuerta y Grupo Profand. La primera de ellas ha transitado sin sobresaltos hacia su estrategia de centrarse más en la comercialización y menos en la actividad productiva (se retiró de la gestión de sus filiales en Namibia y Argentina). Vendió 63.100 toneladas de producto, un 5,17% más que en 2014, aunque el alza de su facturación fue del doble (+10%). De mano de Mercadona, la interproveedora Grupo Profand alcanzó las 56.000 toneladas, casi un 2% más que hace un año. La firma viguesa centra su estrategia en los cefalópodos, y tendrá que afrontar en 2016 la notable escasez de capturas de pota (Argentina) y potón (Perú). La relación consolidada con la cadena de distribución valenciana aporta tranquilidad y margen en materia de precios y preservación de los márgenes.

Las compañías que las suceden en la lista están en plena expansión: Iberconsa y Grupo Pereira. La primera se mantuvo en el entorno de las 55.000 toneladas, según fuentes internas, pero en el futuro dejará este dato atrás. Duplicará este año su capacidad extractiva de langostino salvaje, lo que también le permitirá reducir la dependencia de intermediarios, y consolida con nuevas inversiones su condición de líder mundial en merluza congelada. Ha incorporado tres buques tangoneros en Argentina y un arrastrero en Nambia, y es el pilar sobre el que se asienta el ambicioso proyecto de Portobello Capital, que tomó el 55% del accionariado. Pereira, por su parte, renovará el Puente Sabarís (de NAFO) y acaba de adquirir la conservera Portomar, una operación con la que se adentra en un nuevo segmento de negocio y que avanzó FARO en exclusiva. El grupo conquistó las 45.000 toneladas vendidas, 200 más que en 2014.

Hay competencia

En el abanico de entre 20 y 40.000 toneladas están dos de las empresas que experimentaron un crecimiento más destacado: Marfrío y Cabomar. Sobre ambas está otra afamada interproveedora de Mercadona, Mascato, que elevó el volumen de producto comercializado un 11%, hasta las 38.850 toneladas. Pero Marfrío le pisa los talones con 35.000 con su apuesta por Namibia y el potón peruano, y roza ya los 100 millones en volumen de facturación. La trader Interatlantic Fish se mantuvo en las 25.000 toneladas, 5.000 más que Cabomar Congelados. La firma de Marín, abastecida por los principales caladeros del mundo, logra tener así una oferta diversificada y con gamas de congelado, elaborado, refrigerado y preparado.

El grupo conformado por Ángel López Soto y Procsa, Alfrío, pasó de comercializar 9.780 toneladas a 18.422, con lo que ha sobrepasado a Pesciro (14.300), Frioantartic (las 13.000 toneladas son una estimación, ya que este periódico no pudo contactar con la firma), Galfrío (11.000) y Europacífico (11.000). Esta última compañía está asociada con el coloso japonés Nissui, y comercializa para España y Portugal los productos de Friosur. Vieirasa ha conseguido incrementar las toneladas comercializadas en un contexto más que complejo (de 9.000 a 11.531), en fase postconcursal y tras haber perdido la filial de Namibia. Espaderos del Atlántico (9.000), Galaustral, Noribérica (ambas con ventas estimadas de 6.000 toneladas) y Congelados Maravilla (5.124) cierran este listado prodigioso que ambiciona a seguir creciendo en el futuro de mano de una mayor demanda.

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