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El freno del consumo contiene el avance de la economía gallega, un 0,7% hasta marzo

El desembolso privado pasa de aumentar un 0,8% al 0,5% y el gasto público cae un 1,4% -La industria manufacturera y las exportaciones tiran del PIB regional este año

La economía de Galicia lleva nueve trimestres consecutivos fuera de los números rojos que protagonizaron la doble recesión. Especialmente desde el pasado 2015, cuando el avance alcanzó el 2,1%, según las estimaciones del Instituto Galego de Estatística (IGE), tras el timidísimo 0,4%, el peor dato entre todas las autonomías, registrado el ejercicio anterior. ¿Y el actual 2016? ¿Qué comportamiento sigue? Hay mucha atención puesta sobre los efectos de una posible desaceleración en España y la duda de si finalmente la comunidad convergerá por fin con la mejor recuperación que muestra el conjunto del país. Pues por el momento las distancias se mantienen. Entre enero y marzo, el Producto Interior Bruto (PIB) gallego se elevó un 0,7% frente al 0,8% estatal; y un 2,8% en la comparativa interanual, mientras que el total nacional escaló al 3,4%. Una de los rasgos diferenciales de Galicia está en el consumo. Tanto el gasto privado como la inversión de las administraciones echaron el freno en el arranque de este año y eso explica la ligera desaceleración del PIB regional, que entre octubre y diciembre acumulaba más fuelle, con un ascenso del 0,8%, una décima más que ahora y su mejor dato poscrisis.

De hecho, la variación trimestral de la demanda en Galicia hasta marzo es 0. El desembolso de los hogares y las instituciones sin ánimo de lucro aumentó solo un 0,5% -en la recta final de 2015 fue un 0,8%- y el gasto de las administraciones cayó en picado, un 1,4% menos -el trimestre anterior medró un 3%-, a una distancia considerable de lo sucedido en el conjunto del Estado, donde la demanda de los hogares subió un 0,9% y un 0,8% la del sector público. Las diferencias se mantienen también en la tasa interanual. Un 2,3% en el gasto privado y un 1,8% del público en Galicia y un 3,7% y un 2,6%, respectivamente, en España, según la información divulgada ayer también por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que confirma que el principal motor del cambio de ciclo en el país es el consumo.

Las dos grandes fortalezas de Galicia durante el primer trimestre del año desde el punto de vista de la demanda vienen de la formación bruta de capital y el negocio exterior de las empresas. La primera, un indicador fundamental, como coinciden todos los expertos, de que la actividad marcha bien porque en su medición está la inversión de las compañías. Entre enero y marzo creció en la comunidad un 1,2%, el triple que la media nacional. El crecimiento anual, un 3,9%, sigue estando por debajo del resto del país, con un ascenso del 5,2%. La otra magnitud a tener en cuenta en Galicia son las exportaciones, en positivo, un 0,4% más, frente a un descenso del 0,5% en su aportación al PIB estatal. En la comparativa anual, las ventas internacionales de Galicia pegan un subidón a la economía del 5%, del 3,7% en el caso del total de España.

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Con las importaciones, en cambio, la economía gallega arrastra un descenso del 0,4% en el trimestre y España un aumento del 0,3%. En el cómputo anual, los dos son positivos. Un 4,3% más en la comunidad y un 5,4% el Estado.

Desde la Xunta inciden, precisamente, en la supremacía de las exportaciones sobre las importaciones, "por lo que la aportación de la demanda externa es positiva". El avance del 0,7% del PIB "muestra que la economía gallega mantiene su recuperación, con tasas de crecimiento trimestral similares a las del segundo semestre de 2015". Todos los sectores arrojan en la comparativa anual una evolución "positiva", como resalta el Gobierno autonómico en su valoración.

El avance es notable en la industria, con un crecimiento del 5,3%, y del 6,7% en las manufacturas; y también en una de las patas principales de los servicios, el comercio, la hostelería y el transporte, con otro 4,9%. En la radiografía trimestral las cosas ya no pintan igual. La industria manufacturera pasa de aumentar un 2,4% entre octubre y diciembre a un 0,7% hasta marzo; agricultura, ganadería, silvicultura y pesca agravan los primeros síntomas de atonía que reflejaron el pasado ejercicio y caen un 0,6%; y la construcción experimenta el menor ascenso de los últimos tres trimestres, un 0,7%.

De hecho, en el ladrillo están los peores datos en cuanto a empleo, con una pérdida del 0,7% de puestos de trabajo a tiempo completo en el último año. Con la suma de todos los sectores, la ocupación subió un 2,3% y supera otra vez el millón. Son 1.002.236.

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