A los gallegos les cuesta creer el mantra de que la recuperación de la economía viene para quedarse. La confianza del consumidor en el primer trimestre de este 2016 cae. Y lo hace por segunda vez tras el descenso acumulado también entre octubre y diciembre. Entonces, el índice que mide la visión del ciudadano respecto a la situación de la comunidad -y que va de -100, el mayor grado de pesimismo, a 100, en positivo- bajó del -8,7% al -11,8. En el arranque del actual ejercicio desciende a casi el -14, según la Encuesta coyuntural a hogares publicada ayer por el Instituto Galego de Estatística (IGE). Únicamente mejora la perspectiva sobre la capacidad futura de ahorro, que mejora de los -36,9 puntos con los que cerró el 2015 a los -31,3. La sensación alrededor de las finanzas personales empeora al -5,9 y aumenta también el pesimismo acerca del comportamiento de la economía gallega, de -1,8 a -10; y el del mercado laboral, del -4 al -8,5. El desánimo contrasta con la evidente mejora del bolsillo de las familias, entre las que se redujo un 21% aquellas que acaban el mes con mucha dificultad.

Son unos 75.400, el 7% del total de hogares de la región. Un trimestre antes suponían cerca del 9%, por encima de los 95.700. El incremento de la capacidad adquisitiva por la reforma del Impuesto de la Renta y, sobre todo, la reactivación de la contratación, pese a su elevadísima temporalidad, colocan el porcentaje de las familias a las que les cuesta especialmente soportar los coletazos de la crisis en el tercero más bajo de los últimos seis años, por detrás del 6,92% del tercer trimestre de 2011 y el 6,5% del primer trimestre de 2012, justo en el arranque de la segunda recesión.

Otros 513.000 hogares tienen dificultades después de un descenso mucho menor, el 1,9%, lo que evidencia que parte de los que arrastraban muchos problemas para finalizar el mes pasaron a este grupo tras la mejora de su situación. En los que viven con facilidad e incluso mucha facilidad, el alza en los tres primeros meses del año fue del 6,5%, hasta los 495.200, el 45,7%. Por lo que el volumen de familias con algún tipo de dificultad suma todavía el 54,3%.

El avance de la actividad en Galicia y el impacto en el consumidor se plasma en el aumento del gasto. Ya los datos sobre el Producto Interior Bruto (PIB) mostraron un ascenso continuado del 2,4% en la demanda del sector privado en Galicia en el segundo, tercer y cuarto trimestre del año, y la encuesta del IGE confirma la mayor disposición a comprar. Los hogares que se permitieron algún extra en ropa y calzado en el nuevo año aumentaron un 117,6% (228.300) y un 103,5% los que lo hicieron en alimentación (531.300). Casi uno de cada tres pudieron hacer frente a imprevistos o grandes compras después de un ascenso del 28,5%. Un 70% salió a cenar, a cafeterías, al cine o al teatro, con una subida en comparación al último trimestre de 2015 del 4%. No ocurre lo mismo con el número de familias que optó por unas vacaciones o una escapada, pese a la Semana Santa. Solo el 11,6%, casi la mitad que en el trimestre anterior. La tendencia al alza tampoco se repite en los que fueron capaces de ahorrar. Del 34,8% de diciembre al 31,9%, algo más de 346.200 hogares.

Por el contrario, todas las opciones habituales para contener el presupuesto y aumentar ingresos registran importantes descensos. Del 44,4% en los hogares en los que uno de los miembros necesitó ponerse a trabajar (el 0,6%); del 27,7% en los que tiran de ayuda económica de familiares y amigos, alrededor de 61.100, el 5,6%; los que apostaron por renegociar sus préstamos o pedir uno nuevo, el 1%, con un descenso del 12,6%; el 12,8% -138.600 hogares- recortó gastos comunes, excepto en alimentación, un 4,7% menos; y un 13% del total -141.600- elige marcas blancas y ofertas a la hora de llenar la cesta de la compra, lo que supone una disminución del 7,8%.