El liviano incremento de los cotizantes durante el pasado febrero, un 0,5%, según los datos publicados ayer por el Ministerio de Empleo -son 4.653 altas más que en enero- contiene la sangría en la afiliación que Galicia arrastraba desde septiembre. Cinco meses consecutivos de pérdida de altas de trabajadores, con todo lo que eso supone para los afectados, pero también para los ingresos públicos. La caja de la Seguridad Social no levanta cabeza desde el estallido de la crisis por la explosiva combinación del desplome del empleo y el perfil de los nuevos puestos ofertados -la bajada de sueldos y los contratos por horas suponen también menores retenciones- con el vertiginoso envejecimiento de la población. El agujero provocado por el pago de las pensiones frente a la recaudación por las cotizaciones sociales en la comunidad rozó los 2.800 millones de euros el pasado año, un 8,5% más que en 2014.
La nómina de los jubilados, pensiones de invalidez, viudedad, orfandad y en favor de familiares alcanzó entre enero y noviembre los 6.105 millones de euros. Un 3,3% más que en el mismo periodo de 2014. Porcentaje idéntico al del conjunto del Estado. A eso hay que sumar el resto de prestaciones contributivas, sobre todo las bajas laborales y por maternidad y paternidad, por encima de los 222 millones de euros. En total, 6.327,5 millones de euros, como recogen los informes de la Seguridad Social. ¿Y cuánto aportaron las cotizaciones sociales? Unos 3.548 millones de euros.
La recaudación por afiliaciones en Galicia solo aportó el pasado ejercicio, por tanto, el 56% del coste de las pensiones y el resto de subsidios a cargo del organismo. A la espera, además, de las cifras de diciembre, cuando el número de cotizantes cayó un 0,3%, con 3.000 menos. La región es tradicionalmente deficitaria en la cobertura de las prestaciones, pero el progresivo deterioro del mercado laboral está agravando la situación. Esa diferencia entre ingresos y gastos -concretamente, 2.779,5 millones de euros hasta noviembre- creció en 2015 en 218,1 millones de euros. A un ritmo de casi 600.000 euros al día.
La práctica totalidad de los fondos que maneja la Seguridad Social en Galicia vienen de las cotizaciones sociales. El 98,8%. De ahí la importancia del comportamiento del empleo. En noviembre de 2014, en la región había 928.660 trabajadores dados de alta. Un año después, en noviembre de 2015, eran 949.130. El incremento fue del 2,2%. Sin embargo, los ingresos por las retenciones cayeron un 0,4%. ¿Cómo es posible?
Primero, por las condiciones de los contratos. Únicamente el 7,3% de los firmados en 2015 en Galicia fueron indefinidos y las jornadas parciales, incluidos los cada vez más habituales empleos por horas, aumentaron un 11%. La reducción de los salarios y las horas en activo implica una rebaja de recursos para la Seguridad Social. De hecho, frente a esa subida del 2,2% entre los cotizantes, la recaudación en el régimen general -en el que se integran la mayoría de los trabajadores gallegos- fue menor, del 1,6%; y en los autónomos estuvo plana, con un alza de solo el 0,03%.
Al igual que los ocupados, los parados también cotizan. Pero mientras cobran la prestación. Ante la elevada tasa del desempleo de larga duración -más de 118.000 gallegos al cierre de 2015-, las retenciones procedentes de ellos merman. Sin que los que logran un puesto y ayudan a reducir el gasto en subsidios compensen la partida. Y ahí está la segunda razón del desequilibrio entre cotizantes y cotizaciones: que las que vienen de los desempleados en Galicia se desplomaron hasta noviembre un 16,5%.
Lo mucho que al mercado laboral le cuesta pisar el acelerador tras la salida de la doble de la recesión es un problema generalizado en España. Aunque también es cierto que algunas comunidades están creando empleo con más fuerza que Galicia. Eso se nota en el balance de las cotizaciones sociales. En el conjunto del Estado aumentaron un 0,7%. Y en 13 territorios están en positivo.
En el furgón de cola
A la cabeza figura Baleares, donde el incremento de la recaudación de la Seguridad Social por las retenciones a los trabajadores ascendió al 3,5%. Le sigue Canarias, con un 2,2% más; Murcia, con un 2% de alza; un 1,4% en Andalucía; un 1% en Madrid, el 0,9% en Cataluña; y el 0,8% en Comunidad Valenciana. Son las autonomías que registran mejor evolución que la media. Todo lo contrario que Galicia, que ocupa en furgón de cola después de un descenso del 0,4%, solo por detrás de Asturias, que registró una caída del 1,3%, y en los mismo niveles del País Vasco (-0,4%).
