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Néstor Rego: "Bloque y UPG deberán existir mientras no consigan la meta de la soberanía de Galicia"

"Unirse a la Marea sería renunciar a que el discurso nacionalista esté presente en la sociedad y fortalecer a Podemos"

Néstor Rego, ayer en Santiago. // Xoán Álvarez

Néstor Rego es el secretario xeral de la Unión do Povo Galego (UPG), la fuerza con mayor potencia dentro del BNG. Un día antes del Consello Nacional que hoy debate y vota los documentos de base para afrontar la renovación nacionalista, confía en la pervivencia de ambas organizaciones hasta lograr sus objetivos políticos, aunque se muestra abierto a que el Bloque cambie de siglas.

-El texto base que hoy se debate, en sintonía con lo que defiende la UPG, apuesta por una refundación de casi un año, desligándola de las elecciones. ¿Puede llegar tarde si se produce un mal resultado?

-Se trata de trasladar la idea de que somos conscientes de que el nacionalismo está en situación complicada y es preciso abrir una reflexión amplia con tiempo para que sea profunda. Eso no implica que en esta asamblea [del 28 de febrero] se apunten ya elementos de por dónde deben ir los cambios en el BNG.

-¿Esa refundación debe equipararse a la asamblea de Riazor?

-El resultado está abierto. Todo se puede debatir, aunque el nacionalismo tiene unas bases, como el derecho a que Galicia pueda constituirse en un estado soberano y eso prejuzga que, para ello, hay que mantener el principio de autoorganización, que debe apoyarse en fuerzas políticas, sindicales y sociales propias. Pero es evidente que el proceso debe implicar cambios profundos.

-¿Debe el BNG cambiar sus siglas?

-El nacionalismo tiene futuro y va a recuperar espacio. Me preocupa menos si va a ser con las siglas del BNG u otras, si bien para muchos se identifica estas siglas con nacionalismo. Lo esencial es levantar el vuelo y marcar un punto de inflexión que lo lleve a ganar espacio otra vez.

-¿Es la UPG la causa de la pérdida de apoyos del BNG, como denuncian exdirigentes como Beiras o militantes como Aymerich?

-El BNG es plural, como la sociedad. Y es uno de sus grandes valores. No lo veo como nada que condicione, sino como un valor en positivo. No sobra nadie en el BNG, falta mucha gente. En todo caso, carece tan de base ese discurso que el BNG es una organización de afiliación individual, con decisiones democráticas bajo la premisa de un hombre, un voto. Las organizaciones internas no tienen ninguna operatividad. Es desenfocar los problemas.

-¿Le molesta esa imagen?

-Es una cierta caricatura que a algunos les interesa hacer porque les da coartadas para sus posiciones políticas, pero nada tiene que ver con la realidad.

-Beiras le ha pedido incluso a su militancia que los expulse...

-Lo que hará el nacionalismo lo decidirán los militantes. Lo mejor que podría hacer Beiras es ocuparse de su propia casa. Es una falta de respeto a la militancia nacionalista. Él optó por otra vía que no compartimos, que cada día se evidencia más que no responde a las necesidades del país porque está hegemonizado por una fuerza española, y ni siquiera mantiene un perfil propio y diferenciado. Lo demuestra tras el 20-D su coalición [En Marea] en el Congreso: ni fueron ellos quienes negociaron la hipótesis de tener grupo parlamentario, fue Pablo Iglesias. Evidencia que no hay ya no perfil nacionalista, sino gallego.

-¿Es posible la reunificación del nacionalismo?

-Infelizmente, el BNG es el único que optó por esa posición. Otros optaron, en lugar de fortalecer una candidatura gallega el 20-D, por fortalecer fuerzas estatales como Podemos.

-¿Existe riesgo de que desaparezca el BNG?

-El nacionalismo existe porque es necesario y no solo no va a desaparecer, sino que va a recuperarse, sin ocultar que el panorama es complicado. Además, en unas elecciones gallegas estamos en mejores condiciones que el 20-D. Se generó la percepción de que había que derrotar al PP y para esa urgencia hubo gente que entendió que una fuerza gallega no era útil. Eso no se producirá en unas gallegas.

-¿Cuánto lastra la imagen de la UPG los resultados del BNG?

-Absolutamente nada. Es un argumento de círculos muy reducidos y no tiene trascendencia electoral. Hablamos de una organización con 50 años que también existía en los años 90 cuando el BNG se situó como segunda fuerza en Galicia.

-Pero se le echa en cara la derrota y no el éxito.

-Evidencia que es una visión que no se ajusta a la realidad. El electorado valorará si el BNG presenta una propuesta atractiva que puede derrotar al PP y tener una Galicia con más capacidad de decidir. Lo otro preocupa muy poco.

-¿Podrían confluir con la Marea?

-No. Eso supondría ya no diluir, sino renunciar a que el discurso nacionalista estuviese presente en la sociedad, al 20-D me remito.

-Dice que la UPG tiene 50 años. ¿Le augura otros 50?

-No soy fetichista (ríe). Las organizaciones políticas son herramientas de transformación. Tanto UPG como BNG tienen un objetivo de conquistar la soberanía de Galicia y avanzar a una sociedad más justa. Decía Castelao que Galicia solo dejará de luchar por su libertad cuando la conquiste.

-Entonces le augura vida...

-Lo que está en final de ciclo es el sistema político español del 78. Por eso soy optimista. Seremos capaces más pronto que tarde de llegar a una situación en que Galicia tenga capacidad de decidir. No sé cuántos años les quedan a estas organizaciones. Mientras no consigan su objetivo, por lo menos, deberán existir.

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