¿Es lo mismo enseñar a un alumno ahora que hace veinte años? La Consellería de Cultura e Educación cree que no y los profesores opinan lo mismo. Los docentes de enseñanza no universitaria, en concreto los maestros, se "enfrentan" a nuevos desafíos: las tecnologías de la información y la comunicación, el plurilingüismo, la convivencia en las aulas, la atención a la diversidad... La Xunta los ve como "retos" y tanto la Administración como la comunidad educativa consideran que hay un "margen de mejora" en las "competencias" que deben adquirir durante su formación académica los estudiantes de Magisterio. Para "profundizar" en esas necesidades de formación, Educación propuso a las tres universidades crear un grupo de trabajo.

Así se acordó en la reunión que abrió el debate y que mantuvieron ayer el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, y vicerrectores y responsables de las facultades de Ciencias de la Educación de los campus gallegos, a donde cada año entran unos 1.100 alumnos que aspiran a enseñar en Infantil y Primaria. Las instituciones académicas aprobaron la iniciativa. "Nos han pedido colaboración para tratar de mejorar la formación de los docentes no universitarios, creando un grupo de trabajo en el que se empiecen a estudiar las formas en que se puede mejorar esa formación, en competencias, cambios metodológicos, tratamientos del plurilingüismo, necesidades educativas especiales, cuestiones transversales..., todo lo que la comisión estime que puede mejorar", explica Ana Graña, vicerrectora de Organización académica e profesorado de Vigo.

Graña recalca que no es que la Xunta haya detectado un "problema" o una "carencia". "La formación se entiende buena, pero se puede mejorar, sobre todo en lo relativo a ámbitos nuevos, como el uso de las nuevas tecnologías o la incorporación de nuevas lenguas a la docencia", reitera Graña. Más bien se trata, dice, de "adaptarse" a las nuevas necesidades de la enseñanza para formar a personas que "estén en la mejor de las disposiciones para impartir docencia en el año en que estamos". En esa línea, la decana de Ciencias de la Educación de Santiago, Carmen Fernández -que aplaude el convocar técnicos de formación inicial y continuada-, sitúa "temas emergentes", como la atención a la diversidad, el tema afectivo-sexual... Defiende que son mejoras que deben "determinar los técnicos", desde el" respeto a la autonomía universitaria" y en las que hay que hablar de recursos.

Educación explica que se pretende "favorecer la incorporación y permanencia de los mejores profesionales" en el sistema educativo, buscando "una mejora progresiva de la función docente" como pilar de la "calidad de la enseñanza". El grupo de trabajo parte, señala la Xunta, de analizar al profesor en sus roles de educador, investigador, comunicador en lenguas maternas y extranjeras y competente en TIC, para describir las "cualidades" o "destrezas" que precisa una "excelente práctica docente". La lista de temas que se analizarán "no es cerrada", dice Graña.

No es la primera vez que la Xunta pone la formación de los docentes sobre el tablero, a tenor de que informes como PISA la enfatizan como un elemento clave en los resultados de los alumnos. Por ahora PISA no se ha discutido, aunque Fernández lo ve más como "orientación" que como "referencia".

Sobre la propuesta de José Antonio Marina de ampliar la formación docente a siete años, Graña afirma: "Por el momento hablamos de mejorar el título de grado, que es de cuatro años para Infantil y Primaria, y para Secundaria tenemos grados de cuatro años y un máster de un año de duración y ese es el escenario en el que estamos", y defiende asimismo que el número de plazas está "bien ajustado a la demanda". Fernández no ve conveniente reducir plazas cuando se van a jubilar muchos profesores. Y sobre la posibilidad de un MIR, Fernández defiende que los maestros salen "con competencias como docentes" y no precisan especialización.