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Pediatras instan al Sergas a vacunar a las jóvenes no inmunizadas contra el papiloma

Un 25% no se inmunizó desde que se implantó la vacuna - Los médicos aconsejan proteger también a varones - El 1 de enero se adelanta la inyección a los 12 años

Una adolescente recibe una dosis de la vacuna contra el virus del papiloma. // Efe/Bernardo Rodríguez

Una cuarta parte de las niñas gallegas no se vacuna contra el virus del papiloma humano. Al menos, ese fue en 2014 el porcentaje de muchachas que no recibió la serie completa de dosis que resulta "imprescindible", según la Consellería de Sanidade, para "inducir la inmunidad plena" contra la enfermedad de transmisión sexual "más frecuente en el mundo en la población sexualmente activa" y que provoca cáncer de cuello de útero, entre otros tumores. Los datos de cobertura, la más baja de todo el calendario vacunal, han llevado a adelantar la edad de las niñas que reciben la inyección a los 12 años. El nuevo calendario entrará en vigor con el inicio de 2016, en cuatro días, y cuenta con el beneplácito de los expertos, que consideran que la respuesta a los anticuerpos es "mejor" en niños de esas edades y que de ese modo se "mejorará" la cobertura.

Así lo señala Federico Martinón-Torres, experto en pediatría y coordinador de la Unidad de Investigación en Vacunas y del Grupo de Investigación en Genética, Vacunas y Pediatría del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago, quien apunta a que en otros países las estadísticas mejoraron al vacunar "más precozmente" ya que a edades más tempranas la inmunización "depende más del pediatra", mientras que puede ser más complicado conseguir que una preadolescente sana acuda tres veces en medio año al médico. Y visto que parece un problema que las niñas se pongan todas las dosis (ya que la primera la recibe el 91% pero la última solo el 74%), este especialista sugiere recurrir a la tecnología y a desde el propio sistema sanitario "captar activamente" su atención, "por sms, mail, etc...": "Se le puede recordar a una persona que se tiene que vacunar o una cita pendiente", sugiere, para "mejorar" la cobertura.

Sin embargo, aunque este experto aplaude el buscar aumentar las tasas de cobertura adelantando la vacuna para que pueda "acelerarse" su "impacto en la salud pública", le preocupan las niñas que en su momento no se pusieron la inyección (o no completaron la pauta), un colectivo que las autoridades sanitarias deben esforzarse por "recaptar", subraya. Estas entonces preadolescentes, y que ahora pueden ser chicas de hasta 21 años, se quedaron sin beneficiarse del programa de vacunación que se instauró en Galicia en 2008, explica.

"Ha quedado una cohorte de población, ese 30% que cada año ha dejado de vacunarse, que son niñas y mujeres que se beneficiarían totalmente de la vacunación o por lo menos en un grado amplio", señala. De hecho, los expertos, como ocurrió en el reciente taller interactivo infectológico, celebrado en Santiago, defienden seguir incrementando la vacunación hasta edades más avanzadas, como los 45 años, para acelerar el impacto en la salud pública. "Porque la vacuna no modifica una lesión en curso, pero puede prevenir las recurrencias o las reactivaciones o los cánceres secundarios en otra localización", argumenta. Por ello, considera "una responsabilidad de las autoridades sanitarias recaptar a las niñas que cuando fue el caso de las niñas de Valencia se asustaron leyendo los titulares y no se vacunaron". Defiende que "ahora hay que darles la oportunidad de que se vacunen" a esas jóvenes que debían haberse inmunizado gratuitamente desde que se incluyó la inyección en el calendario, y reclama hacerlo "activamente". "Sería un paso importante", sostiene, dado que la vacuna no solo protege frentre al cáncer de cuello de útero, sino que el virus produce otros cánceres.

Otro grupo que también salió a relucir en el encuentro de especialistas en Santiago son los varones. Tras atender a las jóvenes que quedaron descolgadas, Martinón-Torres defiende pensar en vacunar también a los varones, "para acelerar el impacto de salud pública y proteger al varón también". Para intentar erradicar la enfermedad (en el varón la prevalencia media es del 70% frente al máximo del 40% de las mujeres a los 23-24 años) y para proteger a este grupo de ciertos cánceres. No solo de los específicos (pene o ano, aunque sean menos frecuentes), sino porque "hoy sabemos", afirma, "que uno de cuatro cánceres de cabeza y cuello y más del 30% de los de amígdalas y paladar están producido por el virus del papiloma". Explica que como ahora son necesarias dos dosis de la vacuna sería "relativamente fácil" implementar la vacunación del varón. "La dosis que nos ahorramos en las niñas se las podríamos poner al varón y añadir una más", apunta.

Aparte de buscar incrementar la cobertura, el Sergas explica que "el cambio" a los 12 años tiene "otro motivo, que es el inicio de las relaciones sexuales en edades más tempranas". Así, Sanidade alude a una encuesta de 2014/15 entre muchachas de 18 y 25 años que halló que el 13% había tenido su primera relación sexual con penetración antes de los 15 años, mientras un trabajo de 2009 situaba el porcentaje en el 7%.

Aunque se empieza a vacunar a las niñas de 12 años, en 2016 y 2017 también se inmunizará a las de 14.

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