Francisco Rodríguez, uno de los máximos referentes del BNG, admite que los resultados de la formación nacionalista el 20-D son "demoledores" y que su formación se enfrenta a "una encrucijada difícil", tras perder los dos escaños que tenía en las Cortes y lograr solo 70.464 votos, frente a los 183.279 que había conseguido cuatro años antes. Con estos resultados en unas elecciones autonómicas no lograría entrar en el Parlamento gallego, pues no alcanza el 5% de los votos, el mínimo exigido para lograr escaño. Pero el que fue durante años secretario xeral de la UPG, la fuerza hegemónica del BNG, no hace autocrítica.

Los culpables son otros, especialmente el que fue portavoz nacional del Bloque y ahora es líder de Anova, Xosé Manuel Beiras, y también "algunos miles de nacionalistas conscientes que no tuvieron el menor escrúpulo en votar una candidatura que no lo era, simplemente por acreditar que inyectaba suficiente dosis de galleguismo en la corriente poliédrica, televisiva y española de Podemos, la más eficaz para acabar con Rajoy y regenerar el sistema, según la oratoria de su carismático líder". Así se expresa el que fue portavoz del BNG en el Congreso durante doce años en un artículo publicado en Terra e Tempo, web de la Fundación Bautista Álvarez.

El BNG prepara una asamblea de "reinvención" para primavera, y parece dispuesto a cambiar sus siglas, pero hasta el momento no ha surgido ninguna voz que apunte una reflexión sobre un cambio en la estrategia. Es más, Francisco Rodríguez advierte de que sería "un error grave dejarse guiar solo por las dificultades electorales del nacionalismo en Galicia, en una coyuntura como ésta, para justificar su desaparición como alternativa política específica y diferenciada".

Francisco Rodríguez no ahorra críticas para con Beiras. Para el exdiputado autonómico y en el Congreso, la crisis del BNG tiene que ver "con la ruptura de la unidad del nacionalismo gallego y la coyuntura política en el Estado español". Rodríguez admite "la fragilidad electoral y social del nacionalismo en Galicia", pero cuestiona que Beiras entonces como solución y para captar más votos decidiese "apoyarse en fuerza ajena", es decir Podemos y también EU.

Para el que muchos es el líder que en la sombra siempre ha movido los hilos del BNG, aunque no ocupara la portavocía nacional, Beiras contribuye a "la confusión" y "agrava" "la debilidad electoral del nacionalismo" al "favorecer la aplicación del diseño españolizador", es decir, al apostar por la fórmula de En Marea, coalición con EU y Podemos, y que ha logrado seis escaños en las Cortes. Para Francisco Rodríguez, parece inasumible un acercamiento a Beiras y su partido, Anova, mientras continúe su alianza con fuerzas de ámbito estatal. El propio Beiras en una entrevista publicada ayer por este diario abría la puerta a la interlocución con su antigua formación.

Francisco Rodríguez analiza también que ha pasado con otras formaciones nacionalistas en otras comunidades y como Podemos le ha robado votos. Concluye que pese a que buena parte de la fuerza de Podemos viene de nacionalistas gallegos, catalanes y vascos que han cambiado el sentido del voto, el partido de Iglesia no tiene "el nacionalismo como esqueleto vertebrador". "Apuesta por la vertebración de España, recudiendo el nacionalismo dentro de una dialéctica política que necesita, de forma urgente, una domesticación del caso catalán con base social dentro de la propia Cataluña, y la enunciación de discursos dialogantes desde España", advierte Francisco Rodríguez.