Las cárceles gallegas perdieron en los últimos seis años unos 1.454 reclusos debido al descenso de la tasa de delincuencia y a la apuesta de Instituciones Penitenciarias por fomentar el régimen de semilibertad. Los cinco penales de la comunidad acogen a 3.539 reos, un 28% menos respecto a los 5.193 de 2009. Galicia, es de hecho, la segunda comunidad donde la reducción de presos es más acusada, solo por detrás del descenso de un 35% en Castilla-La Mancha. En números absolutos, Galicia se sitúa, sin embargo, en el quinto puesto como la comunidad con más población reclusa, precedida de las autonomías que concentran la mayor población de España: Andalucía, Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana. Esta reducción de presos en los cinco penales gallegos ha provocado que Galicia sea la quinta comunidad con las cárceles menos saturadas. Los 3.539 reos superan en un 10% el número de celdas de las que disponen los centros penitenciarios. El grado de congestión es menor en País Vasco y Murcia con un 4% y un 1% respectivamente. En Castilla y León un 2% de las plazas están vacías y en los penales de Navarra casi la mitad de las 629 celdas del centro penitenciario Pamplona I están disponibles.

Entre los penales gallegos hay diferencias y el más saturado es el de Pereiro de Aguiar, en Ourense, que acoge en diferentes regímenes a 356 presos, de los que casi 90 tienen que compartir celda debido a que solo hay 267 plazas. El grado de congestión en esta prisión es del 33% y supera al 27% de A Lama. El centro pontevedrés es, sin embargo, el cuarto de toda España con más reclusos, al contar con unos 1.437 en sus instalaciones. En la mitad de la tabla se sitúa la cárcel coruñesa de Teixeiro, cuyo millar de plazas no es suficiente para albergar a los 1.284 reos que cumplen condena en el centro. Para que no hubiese saturación sería necesario incrementar en un 17% el número de celdas.

Lugo es la única provincia que cuenta con dos penales y eso permite que tanto la cárcel de Bonxe como la de Monterroso tengan capacidad para acoger a más reclusos. En el primer caso quedan 82 puestos vacíos y 166 en Monterroso.