La crisis abierta en el PSdeG de Lugo por la rebelión del alcalde de Becerreá, Manuel Martínez, ha desembocado finalmente en la orden de expulsión del regidor y diputado provincial que tras aupar en junio a la popular Elena Candia a la Presidencia de la Diputación, volvió el miércoles a desafiar a su partido al votar con los populares para dejar sin dedicaciones exclusivas y sin recursos al BNG en la corporación lucense. Socialistas y nacionalistas tendrán ahora que gobernar en minoría el ente provincial, lo que podría complicar la aprobación de decisiones de calado como los presupuestos para 2016.

La mecha se encendió tras el veto del BNG a que Martínez presidiera la Diputación de Lugo por estar imputado. El PSdeG se vio obligado a presentar otro aspirante y el regidor de Becerreá, molesto, se votó a sí mismo en el pleno de constitución de la corporación provincial dando el poder al PP. Tras conversaciones con el alcalde díscolo, los socialistas lograron su apoyo para presentar junto al BNG una moción de censura y recuperar el gobierno. Pero Martínez, decepcionado porque no se le dio un puesto en la junta de gobierno, volvió a desafiar al partido al votar esta semana con los populares y dejar al BNG sin dedicaciones exclusivas. Frente al tenue reproche de Besteiro que lo tildó de "anormal", el presidente de la Diputación lucense, Darío Campos, fue contundente y lo llamó "tránsfuga".

Los diez diputados provinciales del PSdeG esperaron hasta ayer, tras la rueda de prensa de Martínez en la que se reafirmaba en su intención de seguir votando en contra del BNG, para anunciar que se iniciará el trámite de expulsión del grupo provincial "por ser un claro caso de transfuguismo político" y que, por esta razón, se trasladará el caso a la comisión de antitransfuguismo de seguimiento del Estado.

El PSOE se queda así con solo diez diputados en la corporación provincial, que sumados a los dos del BNG, no superaría a los doce del PP. Si el alcade díscolo suma sus votos a los populares el bipartito podría tener dificultades para sacar adelante alguna de sus iniciativas, incluidos los presupuestos que obligatoriamente tienen que pasar por pleno. El portavoz del gobierno municipal, Álvaro Santos, negó ayer que quedaran debilitados. "La Diputación quedó debilitada cuando Manuel Martínez votó con el PP en contra del interés de los ciudadanos. Ahí es cuando se debilita la capacidad operativa, pero no la de gobierno", zanjó.

El presidente de la Diputación lucense, Darío Campos, volvió ayer a pedir perdón al reconocer que "obviamente" las cosas se pudieron hacer mejor. La crisis toca además al líder del PSdeG, Xosé Ramón Gómez Besteiro, en tanto que se produce en su propio feudo y en el seno de la institución que él presidió hasta este año.

"La situación que se ha vivido ha sido suficientemente surrealista, pero también digo que ahora todo esto se ha acabado y de este tema no voy a volver a hablar, me voy a dedicar a seguir trabajando", apuntó Darío Campos. En todo caso, el portavoz del gobierno municipal aseguró que "el PSOE mantuvo negociaciones con el BNG hasta el último minuto en defensa de Martínez".

Con respecto a la expulsión del regidor de Becerreá, Campos usó un símil futbolístico al asegurar que "ni Cristiano Ronaldo es imprescindible".