Por cuarto año consecutivo Galicia adelgaza su censo de habitantes. En el último año perdió otros 12.311 residentes, que sumados a las caídas registradas desde 2012 dan un resultado de 38.500 personas menos durante estos últimos cuatro años. Esto sería el equivalente a que desapareciera la ciudad de Vilagarcía de Arousa (que tiene una población de 37.712 personas). Las cifras de población de la comunidad gallega se sitúan así en 2.734.915 habitantes, según los datos del Instituto Nacional de Estadística a 1 de enero de 2015. Y la causa de esta pérdida poblacional está en los pocos nacimientos y el elevado número de defunciones que da un saldo vegetativo negativo de 10.429 personas.

También influye, aunque mucho menos, un saldo migratorio negativo, es decir, que salen más personas de Galicia de las que entran. Esto sucede, sin embargo, solo con los flujos a otras comunidades autónomas, puesto que en el último año se marcharon 2.003 personas más de las que llegaron a Galicia procedentes de otras partes del territorio. Sin embargo, con respecto al extranjero la comunidad gallega recupera, después de dos años con saldos negativos, un balance positivo y gana 120 residentes (emigraron 8.720 personas pero se asentaron en la comunidad gallega 8.842 inmigrantes).

La caída poblacional de Galicia no difiere de lo ocurrido a nivel nacional, donde se pierden también 72.335 habitantes. En todo caso, la comunidad gallega está entre las más azotadas por la crisis demográfica. El 17 por ciento de la pérdida de población nacional se concentra en esta autonomía, que es además la sexta con una mayor reducción de su censo en términos porcentuales (0,45 por ciento), solo por detrás de Asturias, Baleares, Castilla León, Castilla La Mancha y La Rioja.

Sin embargo, dentro de Galicia la intensidad de la pérdida poblacional difiere bastante según las provincias. Pontevedra es la que mejor resiste al perder solo 1.777 habitantes en el último año y situarse así en los 948.496 residentes.

Por el contrario, el descenso poblacional más acusado fue el que registró A Coruña, con 4.523 personas menos en su censo en el último año. Mientras, Ourense perdió 3.062 habitantes y Lugo 2.949.

Con 2.734.915 habitantes, Galicia queda lejos de su tope histórico de 2.813.893 residentes que alcanzó en 1982. Desde entonces fue perdiendo población hasta 2003. En ese año sus cifras poblacionales volvieron a crecer, engrosadas sobre todo por la llegada de inmigrantes, pero desde 2012 se volvió a iniciar una fase de retroceso.

Al disminuir el flujo de inmigrantes, Galicia quedó a expensas de su crecimiento vegetativo y éste está lastrado por una natalidad en caída libre y un elevado envejecimiento poblacional que dispara el número de defunciones.

Con los datos de enero de 2015 en Galicia viven 655.632 mayores de 65 años, 8.600 más que un año antes. Ahora hay en la comunidad gallega 342 ancianos más que superan los 95 años y 135 nuevos centenarios. Sin embargo, se han reducido en 3.210 los niños de menos de cuatro años.

Y la emigración a otros países se reduce y además se sitúa por debajo del número de inmigrantes que recibe Galicia. Tras alcanzar máximos de hasta 12.300 gallegos emigrando al extranjero en 2013, el número de personas que hacen la maleta se reduce a 8.720 y además la mayoría son extranjeros que retornan a sus países de origen. De hecho, solo 3.344 de los residentes de Galicia que emigraron en 2014, nacieron en España.

Los jóvenes son el colectivo que más sale al extranjero, según las cifras del INE. El pasado año fueron 3.364 las personas de entre 20 y 34 años que emigraron al exterior, aunque, en este caso, también predominan los inmigrantes que vuelven a sus países de origen o deciden probar suerte fuera de Galicia. De los 3.364 jóvenes que hicieron las maletas en 2014, solo 1.148 son nacidos en España.

Las cifras de emigración juvenil se reducen además con respecto al año anterior. Si en 2013 se marcharon al extranjero 4.633 jóvenes, en 2014 fueron 1.200 menos.

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