Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Existen 88 centrales activas

La Xunta solicita que no se permitan más hidroeléctricas en el Miño, el Sil y su entorno

Medio Ambiente pide a la confederación, de competencia estatal, "endurecer" las normas para que también las presas actuales se adapten "lo antes posible" al respeto al entorno

Embalse en Ourense. // J. Regal

El Miño, su principal afluente, el Sil, y, en general, los numerosos ríos del entorno dibujan una de las principales áreas del país en aprovechamiento del agua para fines energéticos. Sobre ellos se asientan 88 hidroeléctricas, dos grandes térmicas y otras 16 más pequeñas destinadas a autoproducción. La demanda de agua para el sector es por eso "muy elevada", como reconoce la Confederación Hidrográfica encargada de su gestión, de tutela estatal. "Este hecho provoca que una buena parte de las masas de agua superficiales se encuentren muy modificadas por presiones hidromorfológicas", añade el organismo, con tramos "fuertemente regulados", cambios "continuos en el régimen de caudales" y variaciones también "bruscas" por el retorno del agua tras el salto del embalse. La recuperación de la calidad de los ecosistemas dañados es ya una aspiración irrenunciable porque las autoridades europeas lo exigen sin más dilación. La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil apela a la necesidad de alcanzar "un equilibrio" entre la explotación energética y el respeto medioambiental, que el sector se "acomode" a los nuevos condicionantes. La Xunta, encargada de la otra cuenca existente en Galicia -la de la fachada atlántica- apuesta por ir más allá y le pide que no autorice ni una hidroeléctrica más.

Durante el arranque de la tramitación del nuevo plan hidrológico para la cuenca Miño-Sil, hasta 2021, la Consellería de Medio Ambiente hizo llegar a la Confederación un informe con su parecer sobre la evaluación ambiental estratégica del programa. En él, el secretario xeral de Calidade e Evaluación Ambiental, Justo de Benito, considera "prioritario" que el plan hidrológico "establezca medidas normativas más restrictivas que las actuales para evitar nuevas concesiones hidroeléctricas que supongan la implantación de nuevos obstáculos transversales en las masas de agua" de la demarcación "y para asegurar que las concesiones existentes se adapten a los nuevos requerimientos ambientales lo antes posible".

El Gobierno gallego insiste en que los aprovechamientos "son responsables de importantes afecciones a los ríos" de la zona. Y se pone como ejemplo. Por un lado, con el acuerdo del 9 de febrero de 2011 "por unanimidad" en el Parlamento autonómico que vetó el aumento de presas, "permitiendo únicamente las repotenciaciones y/o mejoras de los aprovechamientos existentes". "El Parlamento demanda también que las mismas restricciones sean de obligado cumplimiento en la demarcación que gestiona la Administración del Estado (Miño-Sil), amparado por la conveniencia de que toda la comunidad se gestione bajo una política hidráulica homogénea", subraya.

Con el Ministerio

Con otra mención expresa a la postura de la administración regional, el departamento que dirige Ethel Vázquez recoge la referencia del plan hidrológico en vigor en Galicia-Costa, el área de su competencia, a esa prohibición de nuevas concesiones energéticas, "en ningún caso", además de la negativa a incrementar el plazo de vigencia de los permisos que estén localizados "en una reserva natural fluvial", en "un tramo incluido en una zona de protección especial" o en una masa de agua "catalogada con muy buen estado ecológico". La Xunta se hace eco de lo que el propio Ministerio de Medio Ambiente propuso en la memoria ambiental del plan hidrológico actual para el Miño-Sil. Que a mayores de los condicionantes incorporados para nuevas concesiones y las existentes, "más rigurosas y restrictivas medioambientalmente", se deberían "endurecer aún más estas limitaciones para que el número de nuevos aprovechamientos hidroeléctricos, que puedan implicar afecciones negativas sobre las masas de agua en la demarcación, sea el mínimo".

Las reformas energéticas recortan un 9,5% el beneficio de Iberdrola

  • El entorno operativo "complejo", con una mejora macroeconómica mundial que todavía no se refleja en la demanda de electricidad y gas en la Eurozona, enmarcan las cuentas de Iberdrola del pasado 2014. El beneficio cerró en 2.327 millones de euros, con un recorte anual del 9,5%. "Este descenso obedece, además de a las medidas regulatorias que afectan fundamentalmente al negocio en España, al menor importe de resultados no recurrente en comparación con el año anterior", explica la compañía. El presidente, Ignacio Sánchez Galán, insistía en la misma idea en la presentación de los resultados ayer ante los analistas en Londres. Todos los mercados aportan crecimiento, "excepto España". Por la evolución del propio negocio y por el efecto de las reformas fiscal y energética, que dejan menos ingresos, especialmente en el área de renovables. Las ventas sumaron 30.032,3 millones de euros, un 3,4% menos que en 2013, mientras que el Ebitda -resultado bruto de operación- se situó en 6.964,5 millones de euros, lo que supone un alza del 3,1%, gracias a la contribución de Reino Unido, Estados Unidos, Brasil y México. Los cuatro países sirven de compensación a la caída del 7,4% del resultado bruto en España. Solo en renovables, el fin de las primas trae una caída a Iberdrola de 339 millones en 2014. En 2013 fueron 122 millones.El Ebitda se sitúa, según Iberdrola, un 5,5% por encima del objetivo fijado por la compañía. También el beneficio neto. La compañía lo achaca al desarrollo de un modelo "basado en un mix de negocio adecuado, con una diversificación geográfica equilibrada, una gestión financiera activa y un alto nivel de eficiencia operativa". Para el actual 2015, Galán es "optimista" respecto a la evolución, aunque evitó concretar una previsión. Mejorará tanto el beneficio bruto como el Ebitda recurrentes por las nuevas infraestructuras en ooperación y el efecto positivo del cambio de divisas, incluida la revaloración del dólar frente al euro. El presidente de la multinacional advierte que la correlación entre incremento del PIB y subida de la demanda de electricidad se ha roto por las medidas de eficiencia en hogares e industria. Galán no descarta que España tenga que cerrar plantas de generación. "Depende", contestó a los analistas. Iberdrola es una de las empresas que ya pidió la hibernación de una central de ciclo combinado.

Compartir el artículo

stats