Galicia estará a partir de hoy un poco más cerca de Francia. El último tramo que quedaba pendiente en Asturias para completar la Autovía del Cantábrico se abre hoy al tráfico. Se culmina así una importante infraestructura que mejora las comunicaciones de la comunidad gallega con la cornisa cantábrica y que amplia las opciones de Vigo para conectarse con la frontera gala. A la ruta que se viene utilizando hasta la fecha para ir hasta Irún, saliendo por la A-52, se suma ahora como alternativa la A-8, que además de permitir la salida hacia Francia en solo seis horas y media, acorta tiempos de recorrido entre el sur de Galicia y las principales ciudades del norte: Gijón, Santander o Bilbao.

Aunque el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no acostumbra a inaugurar obras, en esta ocasión será el encargado, junto con la ministra de Fomento, Ana Pastor, de cortar la cinta y abrir al tráfico el tramo de la A-8 que conecta la localidad asturiana de La Franca con Unquera, en la frontera con Cantabria. Se trata de un trayecto de 4,2 kilómetros en el que se han invertido 70 millones de euros.

Con la inauguración de este trecho, se podrá circular ya por la A-8 desde Galicia y cruzar Asturias todo por autovía. Solo quedará pendiente el tramo entre Torrelavega y Solares, en Cantabria, que está previsto que se culmine a finales de 2015.

Haz click para ampliar el gráfico

Desde el sur de Galicia, la conclusión de la Autovía del Cantábrico no solo mejora las comunicaciones de Vigo con la frontera de Francia sino que permite canalizar todo el tráfico procedente de Portugal hacia el norte.

La principal área industrial de Galicia quedará a 783 kilómetros de Irún por la A-8, solo seis kilómetros más que la alternativa tradicional que usa la A-52 para salir de Galicia, conecta con la A-66 hasta León y luego hasta Burgos, Miranda del Ebro y de ahí a Vitoria-Gastéiz.

Circulando al máximo de velocidad permitida por la A-8 se podrá llegar desde Vigo a la frontera gala en seis horas y media, apenas unos minutos más que por la A-52. La única penalización serán los peajes de la AP-9 y el último tramo de la Autovía del Cantábrico, entre Bilbao e Irún que también es de pago.

Sin embargo, el gran avance al estar completa la A-8 será acercar Vigo a ciudades como Gijón, Santander o Bilbao, donde si que no hay alternativas que compitan en tiempo o kilómetros con las facilidades que ofrece la Autovía del Cantábrico.

A Gijón se podrá llegar en solo tres horas y veinte minutos, a Santander en cuatro horas y cuarenta y siete minutos y a Bilbao en algo más de cinco horas y media. Si no existiese la alternativa de la A-8 los vigueses tendrían que recorrer 80 kilómetros más para ir a Gijón o 60 más para llegar a Santander.

Veinticinco años ha tardado en culminarse la Autovía del Cantábrico. El tramo que hoy se inaugura es uno de los de mayor complejidad técnica del trazado, junto con el recorrido entre Lindín-Mondoñedo que se inauguró también este año. Un accidente el pasado mes de junio por culpa de la niebla en este trecho, en la zona de Abadín, ha obligado al Ministerio de Fomento a adoptar medidas adicionales de seguridad y desde entonces suele cortarse al tráfico cuando la niebla es muy densa.

Los transportistas gallegos valoraron ayer la puesta en servicio de este tramo pendiente de la A-8. Aún así, para las rutas de transporte a Francia, los camioneros siguen decantándose por el recorrido que sale desde Vigo hacia Ourense por la A-52. Y su principal argumento es el económico. En esta ruta tienen alternativas por carreteras nacionales para esquivar los peajes, mientras que si van por la A-8 al llegar a País Vasco no les queda más remedio que pagar por el trecho hasta Irún, que además está entre los más caros de España, según denuncian.