Desde la entrada en vigor del carné por puntos en el año 2006 la cifra de fallecidos en las carreteras gallegas se ha reducido en un 63%. Esta tendencia a la baja año tras año no ha impedido sin embargo que Galicia siga teniendo algunas de las vías más peligrosas del país. La Dirección General de Tráfico (DGT) detectó el año pasado en la red viaria gallega hasta 46 tramos en los que se produjeron tres o más accidentes con víctimas (fallecidos o heridos), un 53% más que los 30 contabilizados en 2012. Esos puntos negros son uno de los principales factores que se tienen en cuenta a la hora de medir la peligrosidad de una carretera y su estudio permite diagnosticar el problema y evitar que se repitan nuevos siniestros.

Los tramos gallegos señalados en rojo en el mapa de carreteras de Tráfico se concentraron en las provincias de A Coruña y Pontevedra. La primera lidera el ranking de puntos negros, con 26, seis más que en 2012, un 30% más. El incremento es mayor en Pontevedra. Suma veinte puntos negros, lo que supone el triple que los siete registrados el ejercicio anterior, según revela el informe Principales Cifras de Siniestralidad elaborado por la DGT.

En 2013, ningún punto de Ourense y Lugo registraron tres o más siniestros frente a los dos puntos negros del ejercicio anterior en la provincia de Lugo (LU-113 y N-634) y uno de Ourense (A-52).

Haz click para ampliar el gráfico

Según el balance de la DGT, el año pasado se registraron en Galicia un total de 198 accidentes en los 46 puntos negros detectados, de ellos 93 siniestros ocurrieron en tramos de riesgo de la provincia de A Coruña y 105 de la red viaria de Pontevedra. Si en 2012, la comunidad gallega concentraba el 6% de los tramos conflictivos localizados por Tráfico, en 2013 se elevó al 7,6%.

En el ámbito autonómico es la A-55, en el trayecto O Porriño-Vigo, la que concentra un mayor número de puntos negros: hasta un total de 14 en poco más de 20 kilómetros, donde se produjeron un total de 81 accidentes en 2013. La siniestralidad de este vía es conocida sobre todo en las curvas de Tameiga, a la altura de Puxeiros, y en el kilómetro 10, a su paso por Mos, un punto que, según Automovilistas Europeos Asociados, fue el año pasado el tramo de España que había registrado más accidentes y víctimas el pasado año.

A la A-55, le sigue en el ranking por número de tramos conflictivos la N-550 con cinco puntos en las zonas de O Portazgo, Mesón do Vento, la recta de Finsa y en A EScravitude (A Coruña), con un total de 16 siniestros. En la AC-512, entre Arteixo y A Laracha, se contabilizaron en solo tres tramos de riesgo un total de 20 accidentes.

La mayoría de las vías son convencionales (21 en el caso de A Coruña y cuatro en Pontevedra), seguidas de las autovías (15 tramos en Pontevedra y tres en A Coruña) finalmente las autopistas: dos puntos negros en vías de peaje de A Coruña y uno en Pontevedra (kilómetro 148 de la AP-). En cuanto a la titularidad de la vía, hasta un total de 31 son de la red del Estado (13 de la provincia de la provincia de A Coruña y 18 de Pontevedra), seguidas de las carreteras autonómicas (9 en A Coruña) y seis de la diputación (cuatro en A Coruña y dos en Pontevedra).

En el conjunto del país, los puntos negros se incrementaron un 21,7% al pasar de los 493 detectados en 2012 y los 600 localizados el año pasado. Un porcentaje que se queda 31 puntos por debajo del incremento de tramos conflictivos detectados en las carreteras gallegas. A lo largo de 2013, en las 600 vías de riesgo se produjeron 2.641 accidentes con un total de 4.076 víctimas. Entonces, el 9,6% de los siniestros en ese ejercicio ocurrieron en puntos negros. En 2012, los accidentes registrados en puntos conflictivos, donde se produjeron un total de 2.110 siniestros que provocaron un total de 3.370 víctimas, supusieron el 8% del total.