Aunque a Feijóo le gusta sostener que a diferencia de Manuel Fraga a él los barones provinciales no le hacen el gobierno, y que el Consello de la Xunta, asevera, no responde a cuotas de tipo territorial, en septiembre de 2012 en la presentación de la candidatura con que concurría a las elecciones para revalidar mayoría absoluta por la provincia de Pontevedra presumía de que cuatro de sus ocho conselleiros eran de esta circunscripción y además iban en la lista. "De ocho conselleiros, tenemos cuatro aquí y de nueve que conformamos el Gobiernos, estamos cinco. Puede haber Consello de la Xunta en Pontevedra porque tenemos quórum", enfatizaba entonces el titular del Ejecutivo gallego, consciente de que en el fondo los conselleiros venden en su tierra y tiran también por ella siempre que pueden.

Ya no lo podrá decir. Ya no hay quórum con la cuota de Pontevedra. Si entonces los conselleiros de esta provincia eran la mitad del Gobierno, ahora representan el 25% del Consello de la Xunta. Tras la salida de Agustín Hernández en dirección a la Alcaldía de Santiago, quedan dos conselleiros de Pontevedra: Alfonso Rueda, en calidad de vicepresidente, y Elena Muñoz, titular de Facenda y natural de Vigo.

Feijóo, que nació en Os Peares en Ourense, pero concurre a los comicios por la demarcación de Pontevedra, pues le gusta recordar que en Vigo tiene su casa y una finca en Moaña, en su primer mandato al frente del Ejecutivo gallego, se rodeó de cinco conselleiros naturales de esta provincia. Es decir la mitad de su Gobierno eran de Pontevedra: Alfonso Rueda (Presidencia), Javier Guerra (Economía), Roberto Varela (Cultura), Agustín Hernández (Medio Ambiente) y Martá Fernández Currás. (Facenda) Dos eran de Vigo: Javier Guerra y Currás.

De A Coruña eran tres: Beatriz Mato, al frente de la cartera de Traballo, Pilar Farjas, en Sanidade y Rosa Quintana, titular de Pesca. De Ourense, era Jesús Vázquez, conselleiro de Educación, y de Lugo, Samuel Júarez, nacido en A Bañeza (León) pero residente en Lugo desde hace años.

Con la llegada al poder en Madrid del PP, se registraron dos salidas, la de Currás, nacida en Vigo, pero que residía desde hace años en A Coruña, y Pilar Farjas, natural de la ciudad herculina. Aprovechó entonces el titular de la Xunta para una remodelación amplia de su gabinete. Relevó a Fernández Currás por otra viguesa Elena Muñoz y a Farjas, por Rocío Mosquera por otra coruñesa, nacida en Gomesende (Ourense) pero con su vida profesional desarrollada en Santiago y además del círculo de máxima confianza de su antecesora. Además eliminó dos carteras, al fusionar Agricultura y Pesca, poniendo al frente a Quintana y dando salida a Samuel Juárez, que pronto encontró acomodo en la Delegación del Gobierno.

Roberto Varela, de O Salnés, dejó Cultura para irse de embajador a Uruguay, y Jesús Vázquez, sumó a las competencias de Educación las de Cultura. Entonces, aunque Pontevedra perdía una consellería, con la reducción de carteras, de 10 a 8, la provincia mantenía su proporción, y el 50% de las conselleiros seguían siendo de esta provincia. De A Coruña, repetía con tres y Ourense, con uno. Lugo se quedaba sin representación.

Tras ampliar mayoría absoluta en 2012, Feijóo prescinde del vigués Javier Guerra, y así la Xunta de Feijóo, que empezó con cinco conselleiros de Pontevedra, y luego pasó a cuatro, arrancó su segundo mandato con tres: Alfonso Rueda, que fue aupado a la Vicepresiencia, Elena Muñoz y Agustín Hernández. Ya solo había un conselleiro de Vigo, la titular de Facenda. Guerra fue reemplezada por Francisco Conde, natural de Monforte (Lugo).

La resolución de la crisis de Santiago forzó ahora a Feijóo a una remodelación de gobierno. Situó a uno de sus hombres clave, el pontevedrés Agustín Hernández, como relevo de Angel Currás, y apostó por la continuidad en Medio Ambiente ascendiendo a la coruñesa Ethel Vázquez a conselleira. El resultado es que este movimiento de fecha ha menguado más la cuota de Pontevedra. Ya solo hay dos conselleiros de esta provincia: el pontevedrés Rueda y a viguesa Elena Muñoz. Imposible el quórum para celebrar un Consello de la Xunta. Y el ranking lo lidera A Coruña, con el doble de conselleiros que Pontevedra y con uno más que en el primer mandato de Feijóo.