En la tradición religiosa, los ángeles de la guarda velan por la seguridad. En la nueva tradición tecnológica, los emprendedores apuestan por que otro tipo de ángeles velen por sus sueños: los business angels ("ángeles de los negocios"). El vigués Diego Ocampo también confía en que, cuando su negocio en la red comience a funcionar, los inversores aparezcan.

¿Dejaría un trabajo "agradable, con sueldo decente, pero aburrido" para perseguir su sueño? Diego Ocampo lo hizo. El proyecto que capitanea este vigués es una startup en toda regla, reivindicando el significado original anglosajón del término, una empresa en ciernes, joven, incipiente, aunque su objetivo es ambicioso. Ya lo advierte el nombre de la iniciativa: chattyhive ("colmena locuaz"). De momento, lo único que aparece en internet, aparte del blog en el que explica sus progresos, es una pantalla de inicio similar a la de facebook, en http://chattyhive.com, aunque él va un poco más allá que Mark Zuckerberg.

Porque el objetivo de este joven ingeniero de Telecomunicaciones es crear una aplicación que combine chat y red social y que permita al usuario interactuar con otros a través de temas de conversación en común, además de crear comunidades para compartir información. Es decir, algo parecido a lo que ofrecen ya los foros, pero con chat, de modo que las respuestas ante cualquier comentario puedan ser "en tiempo real". Además, los foros suelen estar limitados a una temática específica y su propuesta es crear "un foro de foros", donde puedan crearse diferentes temas de conversación o comunidades, que serían los "hives" (colmenas).

Un "hive", explica, puede versar desde algo "tan puntual y concreto" como un evento deportivo en tu ciudad el próximo fin de semana hasta "algo mucho más global", como un videojuego de moda o un estilo musical. El usuario solo tiene que suscribirse a los "hives" que les interesen para "estar al día" de sus temas favoritos y además puede chatear con otros que compartan sus gustos para establecer vínculos de amistad tanto en lo virtual como en el mundo real "gracias a la geolocalización y sugerencias basadas en la actividad de los usuarios".

A diferencia de aplicaciones como WhatsApp, Ocampo se plantea un usuario con un perfil anónimo, no "sacado de un contacto telefónico". Tampoco es un lugar para selfies, ya que cada persona que se conecte estará representada por un avatar y un seudónimo.

Pronto espera poder disponer de una versión beta privada para hacer pruebas y conseguir que los usuarios les transmitan sus primeras impresiones para tenerlas en cuenta de cara a posibles mejoras.

Para convertir su "idea" en realidad, Ocampo, que ya acabó la carrera, ha vuelto la mirada a la Universidade de Vigo, donde se formó, donde le prestan asesoramiento dos profesoras del departamento de Telemática, parte de un equipo integrado por seis personas más y no todas programadores. También hay expertos en derecho empresarial que le echan una mano en los aspectos legales. Insiste mucho en que es un trabajo de equipo y por eso quiere hacer constar sus nombres: Rebeca, Adrián, Xurxo, Lorenzo, Daniel, José Manuel, Ana y Jonathan. Faltan los inversores privados. Es uno de sus "objetivos principales", para poder "consolidar" su trabajo.

La idea surgió cuando Ocampo se preguntó qué le "gustaría encontrar en internet que todavía no exista" y la respuesta apareció clara: "un servicio para chatear y conectar con gente tal y como funciona en la vida real: a través de un tema de conversación que los una". Ocampo apuesta por este sueño -de esos, dice, que surgen en "el tiempo muerto que uno pasa en cama intentando dormir"- con todas sus fuerzas. Aunque al principio decidió "aparcar" su sueño y seguir con su vida, al final volvió a Galicia para intentarlo. Incluso dejó el trabajo -ese "agradable, con sueldo decente, pero aburrido"- para lanzarse de cabeza.

Aunque la aplicación todavía no está lista -, lo que sí enfatiza Ocampo es su apuesta por la privacidad de los usuarios. Estos tendrán, asegura, el "control absoluto". Sabrá siempre qué es lo que muestra a sus amigos y qué deja ver al resto de los miembros conectados a la red. Los que quieran compartir información privada podrán hacerlo, pero solo con aquellos usuarios que haya agregado como amigos. Nada de amigos de sus amigos, como ocurre en otra famosa red social.