Las llamas no dan tregua en Carnota, que siguen devorando este municipio coruñés. Tras más de 48 horas de fuego, el balance del desastre se eleva ya a más 1.900 hectáreas arrasadas. Con estas cifras, este incendio se ha convertido ya en el segundo más virulento del año en Galicia, sólo superado por el de Cualedro y Monterrei en el que ardieron 2.175. Pero todas las previsiones apuntan a que se superará esta cifra, porque anoche el incendio aún continuaba descontrolado.

El fuego ya se extendió por tres municipios: Carnota, donde se inició; Dumbría y Mazaricos. Durante la jornada de ayer las llamas atravesaron el río Xallas hasta el municipio vecino de Dumbría y ya afectaban al entorno de la cascada de O Ézaro, de elevado valor natural y paisajístico porque es la única en Europa que se precipita directamente en el mar. En las tareas de extinción trabajan efectivos de la Unidad Militar de Emergencia (UME), un técnico, 24 agentes forestales, 48 brigadas, 21 motobombas, nueve helicópteros y ocho aviones.

Prácticamente desde que se inició, el miércoles a las 21.30 horas, este incendio está declarado como de nivel 1 por la proximidad de viviendas. Ayer, las llamas amenazaron casas en los núcleos de población de O Fieiro y Reboredo, en la parroquia de Arcos. Eran los puntos críticos.

Aunque la Xunta cifra en 1.900 las hectáreas quemadas, el jefe de la brigada 2 del municipio vecino de Dumbría, Jorge Pérez, indicó a Europa Press que el incendio podría superar ya las 2.000 hectáreas, el 80% de la superficie total del Monte Pindo.

El alcalde de Carnota, Ramón Pino, pidió a los vecinos que no utilizaran la electricidad por el riesgo de accidente que corre el tendido, con importantes daños y que está siendo reparado.

En un pleno municipal de urgencia, sin los cinco concejales del PP, el Concello de Carnota pidió a la Xunta declarar como "catastrófica" la zona del incendio que afecta a Monte Pindo y activar el fondo de emergencias.

Pero el de Carnota no fue el único incendio. El de A Fonsagrada (Lugo) se consiguió extinguir tras arrasar 570 hectáreas, al igual que el de Ponte Caldelas (12 hectáreas) y en Porto do Son otros dos fuegos ya habían consumido ayer 300 hectáreas. El de Negreira, con 400 hectáreas devastas, se consiguió controlar su perímetro al caer la tarde y sobre las 20.00 horas se iniciaba otro de grandes dimensiones en Melide, que a los 60 minutos ya había superado las 20 hectáreas.

A falta del recuento final, en poco más de dos días han ardido en Galicia unas 3.500 hectáreas, que se suman a las 11.000 contabilizadas el pasado martes.

Ante el tamaño de la actividad incendiaria, el ministro aseguró ayer que la reforma del Código Penal que el Gobierno llevará la próxima semana al Consejo de Ministros, que endurece las penas por provocar fuegos, cambiará "radicalmente la situación". El PPdeG, por su parte, pidió "aislar" socialmente a los incendiarios porque sus "actuaciones criminales producen daños muy graves".