La respuesta solidaria de los ciudadanos gallegos ante la tragedia ocurrida en Santiago fue inmediata y miles de personas acudieron en avalancha a los centros médicos para donar sangre. Las reservas ya eran bajas en días anteriores y las autoridades sanitarias solicitaron con urgencia sangre del tipo 0 negativo. El Centro de Transfusiones de Galicia, en el Monte da Condesa compostelano, se colpasó en unos minutos. Cientos de personas acudieron a donar sangre y formaron enormes colas durante varias horas. El Sergas abrió posteriormente el Hospital Nicolás Peña de Vigo y el Juan Canalejo de A Coruña, donde se repitieron las mismas escenas, con cientos de donantes a las puertas esperando su turno. En los tres casos, los servicios se saturaron y los responsables médicos recomendaron a todos los presentes que regresasen en días posteriores al tener las necesidades cubiertas por el momento.