El exdirector de Acción Social de Caixa Galicia José Manuel García Iglesias ha considerado hoy "muy deseable" que la Fundación Obra Social tuviera futuro y, para ello, ha dicho que lo "más lógico" sería que el FROB no vendiera el conjunto de NCG sino que dejara una parte como caja en Galicia.

"Si hubiera una caja en Galicia podría haber una obra social en Galicia", ha dicho en la comisión parlamentaria que investiga la desaparición de las cajas García Iglesias, para quien contar con oficinas en las zonas más despobladas de la comunidad también es un servicio social.

El exdirectivo de la Obra Social ha expuesto que tiene sus "dudas" acerca de "eso de venderlo todo junto y en un paquete", y ha advertido de que la desaparición de la Obra Social de las cajas gallegas supondría para la Comunidad que "se retrase veinte y treinta años con esa pérdida a nivel cultural", e incluso social.

"Es que nos ponemos muy pobres si vamos a prescindir de lo cultural. La cultura del país no es un postre, es la identidad de un país", ha sostenido García Iglesias durante su intervención hoy ante la comisión parlamentaria de investigación que analiza el proceso de desaparición de las dos cajas gallegas, fusionadas en la entidad Novagalicia Banco que posiblemente se venda este otoño.

Según este exdirectivo de Caixa Galicia, "la carne de una obra social es la caja y el alma es la obra social, y tener un alma sin carne es muy complicado; hay que buscar herederos en ese caso".

Entre las obras que no se deberían perder "como mínimo" ha citado el fondo gallego de las dos colecciones de arte, cuyo valor es "impresionante y excepcional" y que se conserva perfectamente.

En este sentido, otra de las alternativas que ha planteado es la declaración de Bien de Interés Cultural para el conjunto de la colección de Caixa Galicia, o todo el conjunto cultural de las cajas, porque ello implicaría su protección.

El exresponsable de la Fundación Obra Social ha respondido a preguntas de los parlamentarios sobre el futuro de esta obra social y su patrimonio, como las colecciones de arte, y que según el diputado de AGE Xavier Ron hizo inversiones millonarias que no pertenecen en concreto a obra social.

"Hubo un faraonismo de querer expandirse, querer adquirir edificios", ha indicado Ron, como "si hubiera un divorcio entre quien quería invertir en tejido social y los que estaban ahí en el negocio oscuro que nos llevaron a este estropicio".

La socialista Carmen Gallego, que ha compartido su "gran alarma" por el futuro de la obra social si se vende NCG Banco, ha aludido al reclamo de los trabajadores de la Fundación para formalizar ya el patronato, sobre la que ha recriminado a la Xunta su "demora".

Pedro Puy, del grupo popular, ha indicado que la Xunta logró que en los estatutos del banco constase el origen y vocación con Galicia, así como la obra social de las antiguas cajas, y ha señalado, en referencia al patronato de la Fundación, que confía en que "no se convierta en problema político" ni en una "disputa de interés" político a corto plazo.

Entre otros datos, ha recordado que de 2000 a 2009 las cajas gallegas registraron un beneficio consolidado total de 3.200 millones de euros, del que destinaron el 26 % a obra social y el resto a reservas -cuando ese porcentaje del sector cajas a nivel nacional fue del 21%-, y un 18 % del total de gasto de obra social fue aplicado a edificios, unos 160 millones de euros.

En respuesta a las consideraciones de los grupos políticos, García Iglesias también ha afirmado que los trabajadores de la Obra Social son "patrimonio de Galicia" porque el empleo es una inversión de país, por lo que ha pedido a los grupos trabajar coordinadamente en el impulso del patronato; y ha sostenido que si se recuperan las retribuciones millonarias a los exdirectivos deberían ir "a lo que tiene que ver con la caja".

En cuanto a una eventual desaparición de la obra, ha dicho que "no es culpa de ningún Gobierno, ni de este Parlamento, sino de que las cosas están como están" y ha recordado que a mediados de 2008 el director general de Caixa Galicia los instó a poner en marcha un "plan de estrés para pasar una travesía del desierto".

Entonces, ha asegurado, se planificó una reducción de gastos "drástica" y todos los convenios se redujeron a un 50 % para aguantar dos años, de lo que nació un remanente con el que se ahorró entre 2009 y 2010 más de 60 millones de euros, "que son los que hicieron posible que hubiera futuro" y Fundación.

"En aquel momento ni sabíamos que iba a haber fusión ni nada por el estilo. No teníamos ni idea. Pienso que no tenían ni idea los que dirigían las cajas de cuál iba a ser ese futuro", ha agregado.

García Iglesias ha defendido que "lo que dejan las cajas no es gasto, es patrimonio", por lo que ha instado a "ser respetuosos con el patrimonio y entre todos defenderlo de la mejor forma".

Comparecencia de Carlos Príncipe

El alcalde de Vigo a principio de los años 90 ha situado la "raíz del problema" en la "gestión clientelar" que se hacía en estas entidades. "Y la sociedad gallega estuvo anestesiada porque nadie levantó la voz", ha agregado y ha recriminado que se cambiase "tres veces" la ley de cajas para permitir que los gestores se mantuviesen en el cargo. Precisamente, sobre la última reforma dijo no entenderla. "Y mi compañero Leiceaga --en alusión al anterior portavoz parlamentario socialista, Xaquín Fernández Leiceaga-- tampoco lo entiende", ha agregado.

Sobre la propia fusión de Caixa Galicia y Caixanova ha considerado que "se negoció mal" y "lo único que se hizo" fue resolver "cómo quedaba Gayoso, porque Pego nunca mandó". Sobre los sueldos, Príncipe ha lanzado otra crítica al que fue máximo responsable de Caixanova: "nunca pude saber lo que cobraba Gayoso".

El exalcalde de Vigo tampoco ha ahorrado críticas a la situación actual de la ciudad. "En los últimos años y meses el que no opina igual que los grandes altavoces mediáticos y políticos es acusado de antivigués", ha recriminado.