Aumenta la esperanza de vida -ahora se sitúa en los 82 años- y hay cada vez menos nacimientos. A Galicia le salen cada vez más arrugas. En el 64 por ciento de los ayuntamientos de la comunidad autónoma el número de jubilados es más del doble en relación a la población juvenil y, entre esos concellos, hay en concreto 150 donde la cifra de pensionistas es más del triple que la de menores de veinte años.

Un caso extremo es el del ayuntamiento de Lobeira, en Ourense, donde por cada joven hay 177 gallegos de más de 65 años. Éste es el concello con mayor proporción de pensionistas de Galicia. Le sigue otro municipio ourensano, A Teixeira, donde residen 97 jubilados por cada chaval de menos de 20 años, y a continuación San Xoán de Río, en la misma provincia, con 95 mayores por cada joven.

Estos tres ayuntamientos forman parte del grupo de 62 que hay en Galicia donde la población de más de 65 años supera en más de cinco veces a la juvenil. Todos estos municipios están ubicados en Lugo y Ourense.

Dentro de la provincia lucense, está a la cabeza el concello de Navia de Suarna, con 87 mayores por cada menor de 20.

En A Coruña y Pontevedra hay menos localidades envejecidas. De los 150 ayuntamientos donde el número de mayores es más del triple, solo ocho se ubican en la provincia pontevedresa y únicamente 18 en A Coruña.

En Pontevedra el municipio con mayor proporción de pensionistas es Cerdedo, donde residen 48,3 mayores por cada joven. En A Coruña se sitúa a la cabeza Mañón, con 48,5 jubilados por cada menor de veinte años.

Según los datos del Instituto Galego de Estadística, el 55 por ciento de los ayuntamientos gallegos tienen ya más de un tercio de mayores de 65 años en su censo de población.

La edad media de los gallegos está en 45 años. Los concellos de O Incio, en Lugo, y San Xoán de Río, en Ourense, son además los que tienen una mayor proporción de ancianos de más de 85 años.

Este envejecimiento poblacional viene acompañado de una caída poblacional que, según los datos del Instituto Galego de Estadística, está provocando además que la comunidad autónoma pierda peso en el conjunto del Estado. Si antes representaba el 6,7 por ciento de los habitantes españoles, ahora solo supone el 5,9 por ciento del total.