"¡Por favor, mi familia está dentro! ¡Pido respeto!". El alcalde de Baiona, Jesús Vázquez Almuiña (PP), gritaba ayer enfurecido a pocos metros de su casa en torno a las dos de la tarde, en cuanto comprobó que su portal se encontraba empapelado con pegatinas reivindicativas colocadas minutos antes por preferentistas. Era el segundo "escrache" de afectados de preferentes a un político gallego, tras el registrado hace dos semanas en el domicilio de su homólogo en Salvaterra, Arturo Grandal. Y se producía poco después de un tenso pleno de la Mancomunidade do Val Miñor, celebrado en el Concello baionés, del que los regidores de Gondomar y Nigrán, Fernando Guitián y Alberto Valverde, respectivamente, salían escoltados por una treintena de policías locales y guardias civiles.

"Goberno solución" y "Non imos parar ata os cartos recuperar", rezaban los adhesivos estampados contra la puerta y la pared del acceso a la vivienda de Vázquez Almuiña. El propio regidor baionés se apresuró a retirarlas escoba humedecida en mano, ayudado por otra persona, y ante varios efectivos policiales que acudían al lugar tras acompañar a los otros dos alcaldes increpados por las calles de la villa, en torno a 500 metros en el caso del gondomareño, que finalmente abandonó la zona en un coche patrulla de la Guardia Civil.

Medio centenar de preferentistas perseguían a los dos regidores con gritos y pitadas en cuanto terminó la sesión, a la que intentaron acceder por la fuerza con embestidas contra el cordón de agentes locales dispuesto ante la puerta. Los manifestantes se concentraron desde las diez de la mañana ante el acceso al consistorio, pero los policías les impidieron el acceso "por razones de seguridad". Solo permitieron la entrada a uno de ellos, Xulio Vicente, portavoz de la plataforma de O Baixo Miño, desalojado por la fuerza al tratar de impedir que se produjese el debate, y quien advirtió de que habrá más escraches. El momento de máxima tensión se produjo cuando los policías permitieron la entrada a la prensa. Los afectados por preferentes aprovecharon para intentar acceder al edificio y se produjo un forcejeo, en el que una periodista sufrió diversas contusiones.

Tres concejales de la oposición, dos del BNG de Baiona y Nigrán y una del PSOE nigranense se quedaron fuera. La socialista presentó a los agentes su documentación y la convocatoria de la sesión, pero los agentes le cortaron el paso alegando que no la conocían. Su grupo impugnará la sesión y anuncia "medidas legales" al considerar que "se han vulnerado los derechos fundamentales de una concejala al no poder acudir al pleno en el que es representante legal y para que actos como estos no se vuelvan a repetir".

Por su parte, la edil del BNG baionés accedió posteriormente al pleno, comunicó lo que había ocurrido y, ante el caso omiso de los representantes del PP, abandonó la sesión.