El Gobierno guarda un escrupuloso silencio sobre la posibilidad de que finalmente sea el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) la herramienta con la que se pueda aportar liquidez a los afectados por las preferentes y deuda subordinada perpetua en las entidades nacionalizadas. En esos dos casos, y a diferencia de las emisiones con vencimiento -que se cambiarán por otro tipo de deuda con los mismos plazos y tipos de interés-, los acuerdos con Bruselas prevé un canje por acciones convencionales. Todo un problema en entidades que, como NCG o CatalunyaCaixa, no están presentes en Bolsa. Desde el Ministerio de Economía no quisieron ayer detallar el procedimiento, pese a que Luis de Guindos lo avanzó hace meses entre los diputados del PP en la Comisión de Economía. Que ésa era la alternativa con más peso entre las que se barajaban. Algo que implicaría tanto una reforma legal como un traspaso de fondos.

El FGD está concebido normativamente como una salvaguarda para los depósitos en las entidades financieras, con una cobertura de 150.000 euros de tope por cada ahorrador. El anterior Ejecutivo socialista lo reformó para unir en uno los tres fondos existentes -bancos, cajas y cooperativas- y emplearlo como mecanismo de recapitalización de las entidades. A él se recurrió, de hecho, para la venta, por ejemplo, de la CAM. El Gobierno encabezado por Mariano Rajoy volvió a darle otra vuelta para recuperar sus funciones originales.

A la espera de que finalmente sufra una tercera modificación -algo que, según publicó ayer el periódico Cinco Días, ya está en marcha-, los cambios deberían ser inmediatos. Porque el canje de los híbridos de capital en los bancos nacionalizados tiene que realizarse, con sus correspondientes quitas, antes de que acabe marzo. Según las estimaciones de las autoridades españolas, los afectados en NCG por preferentes y subordinada perpetua podrían alcanzar hasta el 40% del accionariado.

Precisamente por su empleo en los Esquemas de Protección de Activos (EPA) de las subastas, el FGD está sin recursos. Ahí está un importante escollo con el conjunto del sector financiero, de donde salen las cuotas para financiarlo y en donde se niegan a asumir este nuevo rol. O se echa mano de una derrama o tendría que ser el FROB, según apuntan fuentes oficiales, el que aporte dinero.