La Comunidad de Madrid presumía hasta ayer de ser la única capaz de cuadrar sus cuentas y no superar el límite de déficit público del 1,3% fijado para 2011, que este año se situará finalmente en el 1,5%. Solo Galicia le seguía los pasos, aunque el ejercicio pasado alcanzó un 1,6% que lo alejó ligeramente del cumplimiento de los topes marcados por el Gobierno central. La comunidad de Esperanza Aguirre, sin embargo, reveló ayer un agujero de 1.000 millones de euros provocado por un desplome de su recaudación, lo que la obligará a revisar al alza sus previsiones de déficit. La Xunta descarta sufrir una situación similar y mantiene que su caída de ingresos será de 250 millones. Tras el ajuste madrileño, Galicia podría situarse como la comunidad con menor déficit cuando se conozca la liquidación definitiva de las cuentas autonómicas en verano.

El pasado 28 de febrero, el Ministerio de Economía hacía públicos los datos de déficit público para 2011. Madrid lograba un 1,13%, situándose como la primera de la clase y alejada del 2,98% de media. Ayer, su consejero de Economía, Percival Manglano, desvelaba en Expansión que los datos publicados son provisionales y que no reflejan el "desplome de ingresos por el cambio de ciclo económico producido en el último trimestre del año de unos 1.000 millones de euros". Fuentes de su departamento confirmaron ayer esta cifra, si bien niegan tener una estimación sobre el incremento del déficit que producirá esta nueva situación.

Lo que sí anunció son más recortes con la intención de "seguir ajustando el gasto público superfluo para mantener las prestaciones básicas de los ciudadanos", metiendo la tijera en aspectos como la educación no obligatoria o las subvenciones al transporte público.

La Xunta de Alberto Núñez Feijóo, que tachó de agujeros precisamente los 2.600 millones presupuestados como ingresos por el bipartito que por culpa de la crisis no llegaron a producirse, podría convertirse en la primera de la clase. La Consellería de Facenda niega haber detectado un desvío como el de Madrid y mantiene como fiables las cuentas presentadas por la titular del departamento, Elena Muñoz, hace dos semanas, donde recordó que los niveles de ingresos se sitúan cercanos a los de 2005.

Facenda prevé una caída de los ingresos de 250 millones de euros por los ajustes a nivel estatal para lograr situar el déficit público en el 5,3%, después de que Mariano Rajoy cediese medio punto sobre sus previsiones iniciales, alejadas del 4,4% exigido por la Unión Europea.

Según la Xunta, el aumento de la capacidad de endeudamiento en cien millones de euros, los ochenta logrados por la aplicación de recortes en las condiciones de los empleados públicos y otros 60 derivados del ahorro farmacéutico permitirán evitar retoques drásticos en sus cuentas.

Las previsiones de las comunidades, sin embargo, quedan a expensas de los presupuestos estatales para este año, que el Ejecutivo de Rajoy anunciará a finales de este mes y en los que acometerá un recorte que podría superar los 40.000 millones para situarse en el 5,3% del déficit prometido.

Puy confía en que la comunidad crezca y cree empleo este año

El portavoz parlamentario del PPdeG, Pedro Puy, aprovechó las previsiones económicas del informe Modelización Regional Integrada de Hispalink, publicado ayer por este diario, para apuntar que Galicia "podría recuperar la senda de crecimiento" a finales de este año. Su optimismo supera incluso al del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que apuntó a este diario en una entrevista que cree que el PIB gallego se reducirá un 1,5% y que no se creará empleo neto.

Puy, sin embargo, se refirió a las previsiones de la consultora para que la comunidad abandone la recesión tras las "reformas estructurales" aprobadas por Moncloa y aproveche "algunas ventajas comparativas", como las exportaciones. "Galicia lleva tiempo caminando en la promoción de nuestros productos hacia fuera y en la adaptación empresarial a mercados exteriores", aseguró.

Por otro lado, avanzó que el Parlamento gallego aprobará en el pleno de la próxima semana dos leyes: la de Protección Xeral das Personas Consumidoras e Usuarias y la de Deporte de Galicia. En el primer caso, se adaptará la ley actual a las directivas europeas tras 26 años vigente y en el segundo se incidirá en la diferenciación entre prácticas deportivas profesionales y aficionadas.