Galicia sufrió la mayor caída poblacional de los últimos diez años, según las estimaciones publicadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a fecha uno de julio de 2011. La pérdida poblacional iniciada en 2008 llegó a su punto álgido: la comunidad tiene 2.731.975 habitantes, 4.600 empadronados menos que hace un año, lo que supone un descenso del 0,1%. Desde 2008 hay sucesivos registros de descensos demográficos en la autonomía gallega, principalmente por el déficit entre defunciones y nacimientos –en los seis primeros meses del año murieron 4.282 personas más de las que nacieron–. La novedad es que Galicia, a diferencia de los dos años anteriores, ha presentado un saldo migratorio negativo, es decir, se marchan más ciudadanos al exterior de los que llegan, una consecuencia clara de la crisis económica.

La diferencia entre el número de inmigrantes y emigrantes, considerando tanto los flujos entre comunidades como al extranjero, desvela un saldo negativo de 343 personas. Además, la comunidad autónoma registró en el primer semestre de 2011 un total de 10.873 nacimientos, frente a 15.155 defunciones.

De este modo, según las estimaciones del INE, Galicia es la cuarta comunidad que más reduce su población tras Cataluña (que perdió 17.971 habitantes), Castilla-León (11.162 personas menos) y País Vasco (-10.086); y seguida de Asturias (-2.581); y Cantabria (-768).

A la débil natalidad de Galicia, hay que sumar ahora que la inmigración ha dejado de ser un aporte importante de habitantes para la comunidad autónoma. Según los cálculos del Instituto Nacional de Estadística, en estos seis primeros meses del año más de 6.800 personas empadronadas en Galicia se han marchado al extranjero y 10.911 se han ido a vivir a otras comunidades autónomas. En su mayoría se trata de extranjeros, que llegaron a tierras gallegas en época de bonanza económica en busca de posibilidades de trabajo, y ahora, en momentos de crisis, deciden probar suerte en otras partes.

Por el contrario, son menos los inmigrantes que llegan a la comunidad autónoma: únicamente 6.430 entre enero y julio, a los que se suman otras 10.941 personas que se asentaron en Galicia procedentes de otras regiones.

La provincia gallega que perdió más población fue Lugo (-2.632 habitantes), seguida de Ourense (con 2.612 personas menos). A su vez Pontevedra y A Coruña registraron una pequeña subida en sus padrones, según los cálculos del INE con 313 nuevos ciudadanos y 331, respectivamente.

La esperanza de vida de los hombres gallegos ronda los 78 años de edad y la de las mujeres los 85.