Recortes de presupuesto que alcanzan un 30% en los organismos públicos de investigación y, sobre todo, el riesgo de perder en España varias generaciones de científicos que, tras años de carrera e inversión en su formación, no encuentran plaza para consolidar su futuro profesional. Dieciséis investigadores gallegos de alto nivel se han unido al manifiesto estatal contra la ley de la ciencia, plasmando su firma en la plataforma de recogida de rúbricas "por una investigación digna". Son catedráticos, profesores de universidad de las tres instituciones gallegas y científicos consolidados, con décadas de experiencia, de los centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Galicia y han decidido contribuir con su nombre a la defensa de la ciencia en la "Carta Abierta por el Futuro de la Investigación en España".

En el ámbito nacional, la plataforma contra la ley de la ciencia (una iniciativa nacida en internet y a la que se han sumado científicos de todo el país uniendo sus fuerzas a través de la red) ha reunido 2.500 firmas. Entre el bruto de investigadores reunidos en esta iniciativa de protesta de un colectivo que teme por su futuro se encuentran 77 profesores de investigación del CSIC, 68 catedráticos de universidad y tres directores de centros del CSIC. Galicia, que en la actualidad afronta un cambio de modelo con el nuevo plan de I+D+i de la Xunta, también está representada en la corriente nacional "por una carrera científica digna y clara". "Hay cuatro profesores y catedráticos de la Universidad de Santiago; de Vigo un profesor y varios Ramón y Cajal y, por parte de A Coruña, una profesora de filología. También se han unido dos profesores de investigación (los cargos más altos) de centros gallegos del CSIC y del Instituto de Oceanografía de Vigo", explica Amaya Moro, una de las responsables de la puesta en marcha de la recogida de firmas on-line. A mayores, y a título individual, también se han sumado al manifiesto estatal más de cien miembros de Precarios Galicia y de la Federación de Jóvenes Investigadores.

Los autores de la carta abierta por la investigación presentaron la semana pasada en Moncloa el documento de protesta junto a las más de dos mil firmas recogidas en todo el país. ¿El objetivo? Que el Gobierno modifique, a petición del colectivo afectado, una ley que en estos momentos está en fase de presentación de alegaciones y enmiendas.

"La reducción del presupuesto de I+D implica una pérdida de credibilidad y competitividad de la política científica española. La preocupación llega hasta los científicos más experimentados, desde los Ramón y Cajal, hasta catedráticos y profesores del CSIC. El problema más urgente es el futuro de los Ramón y Cajal: existía un compromiso para que pudieran optar a una plaza de consolidación compitiendo en un examen. El problema es que estas plazas no pasan el filtro de Hacienda y su futuro se truncó. Queremos que nos escuchen y advertirles de que la pérdida y desperdicio de personal investigador es irreparable. No hay vuelta atrás y se ha invertido mucho dinero en estas carreras", critica Moro.

Para Antonio Ballester, profesor de investigación del Instituto de Investigaciones Agrobiológicas de Galicia (organismo del CSIC), que se ha unido a la plataforma, "más allá del recorte de presupuesto, invertir en ciencia depende de la relevancia que tiene en cada país". "Aquí tenemos gente que ha terminado la Parga Pondal y que se ha quedado en paro. La ley de la ciencia implica recortes en todas las escalas: tanto funcionarios contratados como becarios. Hay un problema de subsistencia de grupos que captan recursos", explica Ballester, quien aplaude, en el panorama gallego, la decisión de Economía de crear la Agencia Gallega de I+D. Para Elena Guijarro, investigadora del IEO de Vigo, el problema más alarmante para los investigadores titulares de los organismos públicos es que "todo el mundo", independientemente de su carrera, pase a formar parte "de la escala de científicos más baja de las tres posibles". Además, "se ignora, una vez más, al personal técnico", explican fuentes del IEO.