La crisis del ladrillo ha dejado desiertos en Galicia muchos solares, que ya estaban preparados para edificar y contaban con las correspondientes licencias municipales y permisos de obra. Sobre estos terrenos se iban a construir casi 102.000 viviendas que ahora están paralizadas a la espera de que se reavive la demanda inmobiliaria en la comunidad gallega. Según los cálculos de la consultora R.R. de Acuña&Asociados, el precio de este suelo urbanizado se ha depreciado ya el 46 por ciento en la comunidad gallega.

Según los promotores gallegos, son las ciudades y sus áreas de influencia y los municipios costeros los que acumulan más solares parados. En algunos de ellos se habían iniciado ya las obras de urbanización y en otros no, pero todos tenían ya todos los permisos en regla para levantar 101.987 pisos, tal y como refleja el informe de la consultora.

La paralización de estos inmuebles se explica fundamentalmente por la falta de demanda y las restricciones en el crédito por parte de los bancos a quien quiere comprar una casa. En las áreas metropolitanas había proyectados y gestionados 46.279 pisos que todavía no han empezado a construirse, según la consultora R.R. de Acuña&Asociados, y en el resto de municipios gallegos, donde el suelo tiene menos valor, se ha frenado la construcción de 55.708 viviendas.

Nacional

En España las cifras de inmuebles paralizados ascienden a 2,7 millones de viviendas, aproximadamente la mitad situados en áreas metropolitanas. Tener estos terrenos bloqueados tiene también consecuencias directas sobre su precio, que ha caído un 65 por ciento en las grandes ciudades.

Según el estudio de la consultora, Galicia es la segunda comunidad autónoma donde más se ha depreciado el suelo (46,1 por ciento), solo por detrás de Murcia (52,9 por ciento). Por detrás estaría Asturias donde los cálculos sitúan los terrenos paralizados un 45,1 por ciento más baratos.

Sin embargo, son las autonomías más grandes las que acumulan mayor número de viviendas frenadas por la crisis del ladrillo. Andalucía está a la cabeza con 281.581 pisos, seguida de Cataluña, con 238.823 viviendas y Comunidad Valenciana con 131.775 inmuebles. Castilla La Mancha ocupa el cuarto puesto, con 110.933 viviendas paralizadas, y, a continuación, estaría Castilla y León, con 102.711.

Galicia ocupa el sexto puesto de España con más inmuebles paralizados, según el informe de la consultora R.R. Acuña&Asociados, recogido esta semana por Expansión. Pero el único problema al que se enfrenta el mercado inmobiliario gallego no es la paralización de estos solares. En Galicia los constructores acumulan también sin vender 37.700 viviendas nuevas ya terminadas, según los últimos datos del Ministerio de Vivienda recabados a 31 de diciembre de 2009. El stock inmobiliario se incrementó además en la comunidad autónoma en un 20 por ciento en solo un año.

Para intentar sacar al mercado estos pisos nuevos sin vender la Xunta ofreció a los constructores transformarlos en viviendas de protección oficial. Sin embargo, este programa no terminó de despegar.

La solución aportada por los promotores para revitalizar el mercado inmobiliario fue otra: que la Xunta, en colaboración con las entidades financieras, avale los pisos a personas con empleo. El apoyo se sustentaría en un convenio entre el Gobierno gallego y Novacaixagalicia en el que se contemplaría que si dos años después de la adquisición de una vivienda nueva el comprador se queda en paro, el préstamo entraría en carencia de amortización y la Xunta pagaría los intereses. De esta manera se trataría de reactivar la demanda y animar a aquellos posibles compradores con miedo a quedarse sin trabajo.

Aunque el Ejecutivo autonómico dio finalmente el visto bueno a este plan, propuesto por lo’s promotores gallegos, la reestructuración financiera que debe afrontar ahora Novacaixagalicia ha suspendido las gestiones para ponerlo en marcha, tal y como explica el presidente de la Federación Gallega de Promotores, Javier Garrido.