Probablemente uno de los problemas principales que padecen los trabajadores autónomos es su fragmentación. Para resolver las múltiples cuestiones pendientes, ¿no sería mucho más útil una concentración de organizaciones?

–Lisardo Domínguez. Es que, curiosamente, para ciertas cosas parece que solo existimos dos o tres organizaciones, pero para apuntarse al carro de las subvenciones, de ayudas a la formación, etcétera, ahora que para lo bueno y para lo malo está de moda el autónomo, para eso se apuntan muchos. En la Mesa del Autónomo vamos a estar, de hecho, diez o doce organizaciones. Y puede que eso haya que analizarlo despacio,

–F.J. Pérez Bello. Quiero aclarar que para mí el sector cree en el asociacionismo libre y voluntario, porque la sociedad es plural. En principio, pues, la diversidad no tiene por qué asustar a nadie, y es esencial insistir en que el hecho de la pluralidad de organizaciones no es malo. Dicho eso, otra cosa es la atomización de entidades, muchas de ellas de reciente aparición para repartirse unos fondos de ayuda.

–Rafael Granados. La diversidad de asociaciones es también, en mi opinión, debida a la acción de los partidos políticos. Cada uno quiere tener la suya, como en su día ocurrió con los sindicatos, y es preciso analizar a fondo esa cuestión. La unión es importantísima, y prueba de ello es que el Estatuto del Trabajador Autónomo salió porque dos organizaciones se empeñaron en que saliera: una fue UPT, que tenía el apoyo del gobierno, y otra fue ATA.

Quizá la diversidad responda más a motivos económicos que profesionales...

–Domínguez. La Administración tiene mucho que decir, porque para ella esa fragmentación es un problema, lo mismo que para nosotros. No es lógico que algunas organizaciones tengan técnicos de apoyo, etcétera, y a otras que llevamos años en la lucha nos reducen escandalosamente la formación, que es básico para el sector. Se nos resta personal que está trabajando después en chiringuitos privados. No se puede consentir.

–Granados. Desde la aprobación del Estatuto del Trabajador empezaron a surgir nuevas asociaciones, federaciones, etcétera; y había otras de ámbito autonómico y ahora quieren estar en el estatal, porque la gente quiere estar ahí, tener presencia y ayudas, pero para eso está el decreto que se anuncia, que regulará esa pluralidad. Y a partir de ahí desde una Mesa de nueve, en realidad habrá tres o cuatro de verdad representativas.

–Pérez Bello. Al final nos vamos a repartir la nada, porque los fondos de formación van a los grandes, y a nosotros nos quedan las migajas. No lo entiendo, y eso sí que va en perjuicio del propio colectivo. Recuerdo que cuando se intentó algún precedente de lo que ahora es la Mesa en Galicia estábamos nuestras tres organizaciones aquí presentes en el Observatorio que hizo un buen trabajo aunque quedó en el limbo.

En teoría el sector ha avanzado mucho: en la práctica, quizá no tanto....

–Domínguez. El pesimismo que plantea la pregunta tiene fundamento, y es posible que se deba a la atomización organizativa. En todo caso, los autónomos somos casi la cuarta parte de la población activa en términos de Galicia y de ese porcentaje el ochenta por ciento somos individuales o empresas unipersonales; formamos el tejido social así que no se que hay que hacer en este país para que se nos tenga en cuenta.

–Granados. Es verdad que a los autónomos tardan mucho en reconocernos cosas, y más aún en aplicarlas. Y eso se debe, sin duda, a la falta de unidad de acción, y ahí está la diferencia con los sindicatos: nosotros vamos cada uno por su cuenta; si presionásemos todos a la vez, y hay como base el hecho de que todos defendemos lo mismo, que son los derechos de los trabajadores por cuenta propia, otro gallo nos cantaría.

–P. Bello. Bueno, se ha tardado. ¿Por qué? Pues porque no había asociaciones. ¿Por qué ? Porque se crearon tarde. Los demás trabajadores llevan lustros organizados, y la patronal lo mismo, y desde 1980 tienen su Estatuto. Los demás estábamos en las Cámaras y en los Colegios y no se ocupaban de nosotros. Nacemos por necesidad, porque no nos sentíamos representados en lo que había. Y por eso empezamos tarde y vamos con retraso.

Otras razones habrá....

–Granados. Ya he dicho que, además, hay otros intereses, entre ellos los políticos. Unos intereses políticos, y materiales, que llevan a disputas entre las propias organizaciones de autónomos. Eso aparte, hay que reconocer que la aplicación de las leyes es lenta: nos ha pillado la crisis, y eso la ha ralentizado aún más. Pero a pesar de los pesares algo se avanza, y ahí está lo del subsidio por cese de actividad que aprobó el Senado.

–Domínguez. Movemos una gran arte del PIB gallego, y sin embargo apenas logramos algo. Cierto que, desde Aznar, se ha avanzado y que después se mejoró con Zapatero -y con Caldera, que fue un gran ministro para los autónomos y sacó adelante el Estatuto- pero es verdad que el proceso va lento. Pero hay que tener en cuenta que nos ha pillado la crisis, y eso ha supuesto un grave perjuicio. Pero, como dijo Rafael, algo se avanza. ¿Satisfechos? Algo, no al cien por cien.

–P. Bello. Cuando empezamos a surgir aparecen los políticos, que sólo nos atienden cuando tienen un interés concreto. Pero a pesar de todo, en muy poquitos años -los sindicatos son del siglo XIX- hemos conseguido enormes avances, y es para sentirse satisfechos con el Estatuto del Autónomo, aunque sea una ley de mínimos-mínimos. Y por consenso, además. Y no hay que olvidar que crear derechos es muy difícil.

Se dice que la ayuda al desempleo es un paso decisivo...

–P. Bello. Esto del cese de actividad, o para ser más directos lo del paro, a mí me parece leonino y que hay muy pocos autónomos que van a poder hacer uso de él. Eso aparte, las cifras y condiciones son absolutamente diferentes, a peor, que los demás trabajadores, porque para un subsidio durante dos meses hay que tener cotizados al menos doce. Y menos mal que se ha matizado después, porque en el proyecto inicial se cobraba menos que en el definitivo.

–Domínguez. Hombre, es cierto que las cosas no están como para echar cohetes, pero tampoco se pueden considerar un fracaso absoluto. Y conste, y lo dije antes, que no estoy satisfecho porque hay casi un cuarto de millón de trabajadores autónomos que han cesado en su actividad, y no se sabe bien qué vamos a hacer con ellos. Aparte de que no me acabo de creer que sea verdad ni eso de los cuatrocientos euros, y menos ahora que se los quitan a los demás.

–Granados. Es un asunto clave. En ATA nos negamos a firmar la primera oferta del gobierno, de subsidio, y de ahí el desacuerdo: exigíamos un periodo de reciclaje y -además de tener los mismos derechos que los demás- se necesitan doce meses. Y quiero agradecer al BNG su ayuda en esto, que nos sirvió para lograr algunas cosa, aunque mantenemos la reivindicación de los mismos derechos que tienen los demás en cotizaciones y prestaciones.

Lo de las subvenciones ¿condiciona la capacidad reivindicativa...?

–P. Bello. En la vida mucho es cuestión de intereses. Hay quien se pregunta por qué tragamos, y la respuesta es bastante sencilla: no se trata de las subvenciones, aunque hay quien está en esto por ellas, sino porque antes aún teníamos menos derechos. Hay que agarrarse porque las leyes crean derechos. No podemos renunciar a eso porque si renunciamos iríamos un cuarto de siglo para atrás.

–Granados. Los que llevamos muchos años en esto ya estábamos cuando no había nada. Y seguimos reivindicando derechos. Todos hemos estado en foros, incluso con políticos, en los que algunos se llevaban las manos a la cabeza y decían que cómo los autónomos íbamos a cobrar el paro, y hablaban de contradicción y de que era imposible. Y se demostró que es posible, que se puede hacer.

–Domínguez. Muchos de nosotros estamos hartos de que por parte incluso de la Administración se insinúe eso de las subvenciones o incluso se nos presente como delincuentes fiscales, a base de difundir datos sobre el IRPF. Nosotros formamos parte esencial del tejido social y económico de este país y es hora de que se nos trate con el debido respeto, el que nos merecemos.

¿Los autónomos van a ir a la huelga general en septiembre?.

–Granados. ATA no está por la huelga general. Ha habido otros momentos para hacerla, y ahora no lo es. Esa convocatoria no tiene nada que ver con nosotros, que somos un colectivo marginado y que estamos prácticamente en el fondo del pozo, y lo que hace es perjudicarnos, porque cerrar un día nos daña todavía más. Es casi un delito.

–P. Bello. Nuestra Federación no va a promover ni secundar la huelga, básicamente por las mismas razones. Creemos que para salir de la crisis hay que trabajar más por lo mismo, y no estamos para perder un día: el país no está para huelgas, es un lujo que no nos podemos permitir los autónomos. No es nuestra lucha ni nuestra huelga.

–Domínguez. Suscribo lo dicho y añado una pregunta: ¿Cómo vamos a ir a la huelga los autónomos si es uno de los derechos que nos falta por conseguir? Y es curioso; muchos no tenemos empleados, pero algunos sí, y ellos tienen ese derecho que nosotros no le vamos a negar. Sería una especie de cierre patronal, porque a la vez que trabajadores somos empresarios.