A la dificultad en tiempos de crisis para conseguir la financiación que ayude a construir un parque eólico, inversiones siempre millonarias, se une ahora en el camino del nuevo megaconcurso del viento en Galicia la incertidumbre sobre la rentabilidad de las instalaciones que se adjudiquen ante el más que probable recorte de subvenciones que prepara el Ministerio de Industria. El sector no disimula su "enorme preocupación". Las primas a la producción de los aerogeneradores, por su condición de energía limpia, son una "pieza fundamental" de las cuentas y la revisión, según apuntan varios empresarios, amenaza el futuro de muchos de los parques que puedan salir de la subasta de los 2.300 megavatios (MW) impulsada por la Xunta. Proyectos que nacerían sin un plan de negocio firme y, por lo tanto, sin seguridad económica.

Hasta el punto de que alguno de los promotores estudian todavía, con el plazo para presentar los proyectos abierto –hasta el 19 de julio–, si merece la pena acudir al concurso. "Hoy por hoy es un brindis al sol", señala uno de ellos. "¿Cuáles van a ser nuestros ingresos?", se preguntan. "Ése es uno de nuestros avales para pedir dinero a los bancos", apunta otro empresario. Sin la retribución pública ya era complicado cuadrar los números de los parques que no estén ubicados en paraísos del viento, por debajo de las 4.000 horas anuales. Una posibilidad que existe si se tramita un recinto al margen del régimen especial. Pero es que el descenso de primas que todo el mundo da por hecho y que el departamento dirigido por Miguel Sebastián ha dejado entrever en los últimos meses coincide con la caída en picado del precio en el pool, el mercado en el que se compra y vende la electricidad, por el exceso de oferta. Durante 2009, una cuarta parte de lo que se pagaba en los máximos alcanzados en 2008. La prima, insisten desde el sector, es "vital".

Aunque no hay un solo sistema de subvenciones para la eólica, la media de lo que los promotores reciben por cada megavatio hora –y que se completa luego con el la venta en el mercado mayorista, donde las fuentes limpias tienen prioridad sobre el resto de energías– ronda los 80 euros. Según los datos de la patronal eólica, las primas al sector sumaron 1.138 millones de euros en 2008. En 2009, con la suma del resto del régimen especial –sobre todo la solar, que concentra un elevadísimo porcentaje del total y que podría sufrir un mayor descenso–, alcanzó los 6.200 millones.

¿Por qué se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de recortarlas en el entorno de un 20% o un 25% en el caso concreto de la eólica? Para hincarle el diente al déficit tarifario, la diferencia entre lo que cuesta el sistema eléctrico y los ingresos que tiene. El pasado ejercicio se redujo un 20,7%, pero sigue siendo una cifra astronómica: 4.616 millones de euros, pese a que el Gobierno central se había propuesto que no superara los 3.500 millones. Ese dinero hay que devolverlo a las eléctricas y por ese enorme desequilibrio, entre otras razones, el recibo de la luz acumula constantes subidas en los últimos años.

Precisamente, por la elevada capacidad de generación que hay actualmente en el sistema eléctrico, durante el pasado año, meteorológicamente muy favorable para las energías renovables, se registraron cortes en parques eólicos. Una medida excepcional, a la que se echa mano en situaciones de exceso de producción, pero que podría repetirse con más frecuencia ante el incremento previsto de la potencia en parques en toda España. "Es otra de las cosas que tenemos en cuenta, que se unen a la caída de la rentabilidad del negocio", explica uno de los principales promotores gallegos. "La suma de todos estos elementos –añaden en una gran eléctrica española– llevan a la ecuación perfecta para el desastre en muchos casos".

En previsión del nuevo marco regulatorio que el Ministerio prepara, las empresas del sector avisan de que los compromisos que tengan que asumir dentro del concurso eólico deberán ser "acordes" a la bajada de las primas. Sobre todo, pensando en el plan industrial que debe acompañar a sus peticiones de potencia a la Xunta y que supone más de la mitad de la valoración en el reparto. "Tendrán que ser planes viables de por sí, que no dependan de los beneficios de los parques", advierten.