El debate sobre el topónimo de "La Coruña" se dirige a un embrollo político de difícil salida. El PSOE y el BNG, socios en el gobierno local de esta ciudad, tumbaron ayer en el pleno la propuesta del Partido Popular para instar a la Xunta a que declarase la cooficialidad de "La Coruña", ahora ilegal, y de "A Coruña". Nada más concluir la sesión, el alcalde herculino, Javier Losada, se hizo rodear, en su despacho, de los concejales socialistas para sellar la carta que ha enviado al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, con el ánimo de proponerle "un esfuerzo conjunto para resolver la situación". "Yo y mi grupo ya hemos emitido nuestro voto, que es por la cooficialidad, y no cambiamos de posición", se lee en la misiva de Losada, que el Ayuntamiento hizo pública y en la que el regidor advierte a Feijóo de que los municipios carecen de competencias para promover una reforma de la ley y que ésta debe partir de la Xunta, de diputados autonómicos o de una iniciativa popular.

A la nueva partida del topónimo, jugada en un pleno extraordinario forzado por el PP, Gobierno local y oposición llegaron con las cartas boca arriba. Los populares buscaban, en vano, apoyo para un acuerdo que llevara al Ayuntamiento a instar a la Xunta a que promoviera la cooficialidad de A Coruña y La Coruña a través de una modificación de la Lei de Normalización Lingüística. Desde su aprobación por unanimidad en el Parlamento gallego, esta norma establece que, en Galicia, la única forma oficial de los topónimos es la gallega.

Los nacionalistas enarbolaron la misma bandera de siempre: el debate sobre el nombre de la ciudad está agotado y la única forma oficial es la gallega. Los socialistas constituían la última esperanza de los populares por sus 23 años litigando en los tribunales en defensa de La Coruña. Pero suponía una esperanza infundada porque el alcalde y la portavoz socialista, Carmen Marón, ya habían advertido de que, aunque mantenían su apoyo a la cooficialidad, jamás respaldarían un nuevo acuerdo plenario porque consideran vigente el de 2004. Aquel año, el PSOE, con mayoría absoluta y con la abstención del PP, declaró la cooficialidad de los dos topónimos, algo que la Justicia, previa demanda de la Xunta, anuló.

Solo en la defensa de un acuerdo plenario en defensa de la forma "La Coruña", el PP lidió con los reproches de PSOE y BNG. En el PSOE, la réplica la ofreció su portavoz municipal y la contrarréplica, en un gesto inusual, el propio alcalde. Carmen Marón recriminó al PP que todos los intentos de los socialistas por la cooficialidad, siempre cuando gobernaban la ciudad con mayoría absoluta, habían chocado con la oposición del Partido Popular, bien con su abstención en el pleno de 2004, bien con el recurso interpuesto por la Xunta, entonces en manos de los populares, contra aquel acuerdo, que después anuló un juez.

El alcalde acusó al PP de "equivocarse de escenario" porque un cambio de ley se debate en el Parlamento. "La propuesta que trae le trae sin cuidado porque si realmente le interesase la cooficialidad ya la habría resuelto y vendido políticamente", afirmó mirando a Negreira, a lo que añadió: "Los coruñeses no nos merecemos pasar por una segunda humillación del PP".

El portavoz del PP, Carlos Negreira, llamó a enmendar el "error" que todas las fuerzas, entre las que incluyó la suya, cometieron, a su juicio, en 1983 al ratificar por unanimidad una ley que sólo reconoce la toponimia en gallego. También animó a aprovechar que Alberto Núñez Feijóo es el primer presidente de la Xunta para "abrir la puerta" a legalizar La Coruña.

El BNG, por su parte, mostró su rotunda oposición a legalizar el topónimo de "La Coruña". "El PP alienta la xenofobia con los chabolistas, criminaliza a la juventud con el botellón y así llegamos a esta farsa, a este funambulismo político oportunista. Casi me lleva a recordar con añoranza a don Manuel [Fraga]", expuso el portavoz del BNG, Henrique Tello, para quien el PP busca "recuperar el viejo fantasma del conflicto lingüístico, relegando al pueblo gallego a la condición de anormal".