Ayuntamientos como Lalín, A Cañiza, Cerdedo, Cotobade o Caldas, un total de 17 en la provincia de Pontevedra y hasta más de la mitad de los 315 municipios de Galicia están de enhorabuena. En plena crisis económica, la Xunta prevé para ellos una nueva fuente de ingresos.

Pondrá en marcha en 2010 un canon eólico, con el que recaudará entre 22 y 30 millones de euros al año y hasta 600 millones de euros en los próximos veinte años, y "la inmensa mayoría" de estos fondos se invertirán en los ayuntamientos con molinos de viento para compensarlos por el impacto visual y medio ambiental de los aerogeneradores.

El Gobierno de Feijóo gestionará la mitad bajo el compromiso de que el grueso de los recursos los invertirá en los municipios con molinos y la otra mitad será gestionada directamente por los ayuntamientos con parques eólicos. No obstante, aún no ha aclarado bajo qué criterios distribuirá la millonaria recaudación, aunque cabe suponer que los consistorios con más aerogeneradores recibirán un cheque más abultado.

Alcaldes como el de Lalín, con 187 molinos, o de A Lama, con 100, ya se frotan las manos. La crisis económica ahoga sus finanzas y cualquier nuevo ingreso siempre es un alivio. Sería especialmente el caso de Silleda, que tiene 75 aerogeneradores, y los bancos acosan a la regidora, con una deuda de 4 millones de euros, tanto como su presupuesto anual.

Para Rodeiro, con 3.200 habitantes y una sangría demográfica difícil de contener, sus 80 molinos pueden ser maná caído del cielo y la solución a la desertización del pueblo.

Eso sí, la Xunta marcará por ley el destino de los recursos: actuaciones de recuperación del medio natural y el paisaje, impulsar energías renovables, obras de mejora de infraestructuras rurales y servicios, y actuaciones de mejora de condiciones socioeconómicas.

Mientras la mitad de los alcaldes, que gestionarán a mayores hasta 300 millones de euros en los próximos veinte años, empiezan a buscar destino para tanto recurso, los promotores de los parques se quejan, pero ayer el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aunque entiende que "nadie quiere pagar un impuesto, si antes no lo había", reafirmó su intención de promulgar un canon, que podría ser el primero de esta naturaleza en España.

Fue Feijóo, además quien explicó que la futura tasa gravará los parques eólicos función del número de aerogeneradores, con la intención de que los empresarios apuesten por renovar sus intalaciones y colocar menos molinos, pero más potentes, y así reducir el impacto visual de tanto aerogenerador.

Feijóo lanzó esta explicación tras el Consello de la Xunta, en el que el titular de Economía e Industria, Javier Guerra, informó de la paralización del concurso eólico del bipartito y del anteproyecto de ley por el que se regulará el marco del nuevo concurso y por el que se creará el citado canon.

El titular del Ejecutivo gallego aprovechó la rueda de prensa para recalcar que su gabinete había diseñado la anulación del concurso del anterior Gobierno, de tal modo que "queda blindado" y no teme indemnizaciones de las empresas beneficiadas del reparto inicial hecho por el entonces conselleiro Fernando Blanco. El principal argumento es, según Feijóo, que aún no se ha producido ninguna adjudicación, sólo hubo una admisión a trámite. En todo caso, no descarta que los promotores reclamen la devolución de los gastos en los que incurrieron, pero prevé que "sean gastos de carácter inferior", que se devolverían con cargo al canon éolico en proyecto. Además, apuntó Feijóo, el desembolso no tiene por qué caer en saco roto, pues el proyecto redactado puede volver a optar, eso sí con modificaciones, al nuevo concurso.

El director xeral de Industria, Bernardo Tahoces, se reunió ayer con el presidente de la Asociación Eólica de Galicia, Manuel Gago, para informarle de la anulación del concurso del bipartito y del nuevo marco de juego. La asociación prometió estudiar la nueva política eólica y presentar alegaciones, pero declinó anticipar su valoración.