El presidente del PP, Mariano Rajoy, se enteró ayer de que la Justicia archivaba la querella contra Francisco Camps mientras intervenía ante la Junta Directiva del PP de Galicia en Santiago. Con la buena noticia en su mente, y tras sufrir seis meses de “inquisición”, sacó pecho, auguró que “la ola de cambio” ha despegado en España tras la victoria popular en Galicia y en los comicios europeos y se afanó en presentar al PP como un partido capaz de sacar a España de la crisis y que además “no está solo”, pues “puede pactar con cualquiera”, y citó expresamente al Bloque, que, por el contrario, minutos antes era considerado por Alberto Núñez Feijó“un nacionalismo pequeño que crea problemas y no soluciones” y al que no se puede dejar Galicia en sus manos.

Rajoy defendió su estrategia como oposición, mientras algunos le atacan por “blando” y otros por “duro”. Explicó que practica “el sentido común” y como consecuencia “el PP está en la centralidad política”, cuando en la pasada legislatura le acusaban de estar “solo”. “Podemos pactar con cualquiera”, aseveró el líder de la oposición para acto seguido citar a los nacionalistas de BNG, CiU y PNV. Eso sí estas posibles alianzas, puntualizó, no suponen una renuncia de principios y valores.

El líder popular no descarta un anticipo electoral que podría ganar, pero sin mayoría absoluta, y prepara a la opinión pública para posibles alianzas. Así se preguntó por qué su partido “no puede pactar con PNV, CiU y BNG o con el que quiere que se rebaje el impuesto de sociedades o que se ayude a los trabajadores”. Rajoy remarcó que el PP “ha pactado”, como hizo en su momento José María Aznar con Arzalluz y Pujol, y seguirá pactando” con otras formaciones porque aspira a “representar a la mayoría de los españoles”. “El cordón sanitario que nos quiso imponer el Gobierno de Zapatero, ha saltado por los aires”, proclamó el presidente del PP eufórico, tras constatar que es ahora el PSOE el que sufre la soledad en el Congreso.

“Vamos por el buen camino, pero hay que afinar más la alternativa y trabajar mucho más”, aseveró Rajoy, quien cerró su mañana en Santiago celebrando con una cerveza en la plaza del Obradoiro el archivo de la querella contra Camps.

El PP “dará la batalla” por la alcaldía de las siete ciudades

Recuperar las Diputaciones de A Coruña y Lugo y hacerse con las alcaldías de las siete grandes ciudades. Éste es el reto que Mariano Rajoy marcó ayer al PPdeG para las elecciones municipales de mayo de 2011. “Hay que dar la batalla, y si lo hacéis la mitad de bien que Feijóo en estos cien primeros días de Gobierno en Galicia, lo conseguiremos”, proclamó el líder popular, quien exhortó a los suyos a ponerse a trabajar desde ya en la próxima refriega electoral, porque unos comicios, advirtió, “no se pueden preparar en quince días”.

Buscar los mejores cabezas de cartel y negociar con los independientes no es tarea que se pueda dejar para el final, advirtió Rajoy, quien pidió a los populares gallegos un nuevo esfuerzo. Insistió en la demanda Feijóo, quien quiere apuntalar el cambio político que se inauguró con su victoria en las urnas el pasado uno de marzo. El vuelco será total, si la Galicia urbana que le apoyó en su ascenso al poder autonómico, apuesta por alcaldes populares y da la espalda a los gobiernos de coalición de socialistas y nacionalistas. El PPdeG se consolidaría como referente y PSdeG y BNG verían alejarse su sueño de un pronto regreso a la Xunta. Por ello, Feijóo pidió ayer a los dirigentes locales del PP gallego que no se dejen embaucar por “las encuestas que les sonríen” y practiquen la política con “humildad”, “escuchen” a los ciudadanos y “respeten a la minoría”.

Para Feijóo, Galicia no puede caer en manos del “nacionalismo pequeño” de Guillerme Vázquez, pero tampoco del “socialismo dependiente” de Manuel Vázquez. En frente, situó al PP, “austero, unido y comprometido con el país”..