El concurso eólico, al margen de las empresas cuyos proyectos han sido admitidos a trámite, permitirá además dibujar un nuevo mapa de Galicia donde la fisonomía del terreno estará marcada por las siluetas de los aerogeneradores. Sus aspas dominan ya buena parte de los montes gallegos, sobre todo aquellos situados en primera línea del mar donde el viento, procedente del Atlántico y del Cantábrico, sopla de continuo, con lo que eso significa de mayor rentabilidad para un negocio que dependen precisamente de las horas de viento.

¿Cuáles han sido los montes preferidos por los promotores? A tenor de la propuesta aprobada por la Consellería de Innovación, las montañas coruñesas resultan las más atractivas de Galicia para el negocio del aire. La lista de proyectos seleccionados prevé la construcción de 31 parques en la provincia de A Coruña, instalaciones que se distribuirán por 30 ayuntamientos.

Los municipios coruñeses más poblados con nuevos aerogeneradores serán los de Dumbría y Zas, con cuatro cada uno.

La tarta eólica sitúa a Lugo como la segunda provincia preferida por los promotores. Hay proyectados 23 nuevos parques en los terrenos de 26 ayuntamientos. De ellos, 4 se levantarán en Becerreá y cinco en Baralla, lo que convierte a este término municipal en el más apetible de toda Galicia. ¿Por qué? Pues porque aunque pertenecen al interior de la comunidad, conforma la alta montaña lucense. Y esto es una garantía de viento constante.

En Pontevedra la Consellería de Innovación admitió a trámite la construcción de 15 parques eólicos repartidos entre 23 municipios. El nuevo planeamiento producirá la saturación de los montes de cinco ayuntamientos pontevedreses, ya ocupadas sus cimas por aerogeneradores actualmente. Campolameiro tendrá cuatro parques, mientras que Forcarei, A Estrada, Cerdedo y Moraña sumarán otros tres cada uno.

En Ourense la demanda no es muy alta. La razón es bien sencilla. Se trata de la provincia más protegida de los vientos. Los promotores levantarán 4 parques repartidos en quince municipios.

Además, hay otros cinco parques previstos que afectan a la vez a los ayuntamientos de varias provincias, aunque todos ellos con la particularidad de que pisan siempre suelo pontevedrés. Así, hay tres instalaciones a caballo entre Ourense y Pontevedra, una entre Lugo y Pontevedra y otra más entre A Coruña y Pontevedra.