El vicepresidente de la Xunta y portavoz nacional del BNG, Anxo Quintana, reivindicó ayer la necesidad de que Galicia disponga de un nuevo estatuto "de nación" en el cual las competencias estén blindadas y que recoja un sistema de financiación adaptado a su realidad. El número dos de la Xunta defendió esta postura durante la conferencia "La nueva frontera del autogobierno de Galicia", que pronunció ayer en Barcelona y a la que asistieron líderes de CiU y ERC, además del ex presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall.

Quintana insistió ayer en que un estatuto "de nación" para Galicia es una reivindicación "tremendamente pragmática" porque "Galicia debe estar en la división de naciones". El mandatario gallego opina que, pese a retrasos y sentencias, el Estado se encamina hacia una "configuración asimétrica, pues asimétrica es su realidad". Al respecto, insistió en que la comunidad gallega "no puede cometer el error de que en esta clasificación asimétrica se quede en la que no le corresponde".

Además de que este estatuto "de nación" deba "servir para refrendar y fortalecer nuestra identidad", su gran objetivo, añadió, debe ser crear bienestar, sin lo cual "no merece la pena". "Este es el fin último del autogobierno". En este sentido, destacó que la crisis ha puesto de manifiesto que las economías menos vulnerables son las de aquellas naciones "que hicieron valer su autogobierno para impulsar políticas económicas propias, asociadas a un proyecto de país".

Tras su discurso, Quintana enfatizó su defensa de un modelo de financiación autonómica que "sea igual para todos en los resultados, pero no en sus instrumentos a aplicar", ya que, argumentó, la realidad de cada autonomía es "totalmente diferente". "Si intentamos aplicar los mismos instrumentos a Galicia y a Cataluña, el resultado va a acabar siendo malo para unos, para otros o para los dos", proclamó.

Aunque admitió que en la comunidad gallega existen problemas "estructurales" como en "cualquier país", el portavoz del Bloque aseguró que cuenta con recursos suficientes para garantizar su futuro. Al respecto, rechazó "de plano" la idea de que sea un país "pobre" que "necesariamente tenga que vivir de la solidaridad del Estado".

Quintana se refirió a la coalición Galeuscat y señaló que ayer no tenía previsto hablar con los dirigentes de CiU sobre una posible reedición de la coalición ante las elecciones europeas, pero valoró "muy positivamente su existencia" y añadió que "seguramente más adelante" tendrían lugar las conversaciones, una declaración que suscribió el líder del CiU, Artur Mas. Su continuidad no está por el momento garantizada.