Uxío Caamaño, uno de los dos independentistas acusados de perpetrar en 2005 un atentado contra una oficina bancaria de Santiago, admitió ayer ante el juez de la Audiencia Nacional que fue él quien colocó la bomba, aunque aclaró que "no quería hacer daño a nadie" y por eso escribió en un cartel junto al explosivo "Peligro bomba. No tocar". El joven exculpó además a su compañera Xiana Rodríguez, que también se sentó ayer en el banquillo de los acusados y que eludió ante el tribunal rechazar la violencia con fines políticos.

Durante la primera sesión del juicio celebrado ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Uxío Caamaño, miembro del grupo Assambleia da Mocidade Independentista (AMI), se negó a contestar a las preguntas de la fiscal Blanca Rodríguez, aunque sí respondió -siempre en gallego- a su abogado, Endika Zulueta, ante quien admitió los hechos que se le imputaban.

"¿Colocó usted la bomba?", le cuestionó el letrado. "La coloqué", replicó rápidamente el joven, quien, sin embargo, matizó que su objetivo no era causar víctimas. "No tenía intención de hacer daño a nadie". Caamaño fue detenido por la Policía antes de que su artefacto explosionase. En ese sentido, el independentista relató que, en el mismo momento de su arresto, se identificó ante los agentes con su nombre real y alertó del lugar en el que había colocado la bomba y el tiempo que restaba para la deflagración.

El joven llevó a cabo su acción oculto bajo una gorra y una peluca y utilizó un coche que fue robado a punta de cuchillo en marzo de 2005 por dos personas que no han sido identificadas. Caamaño explicó que el auto se lo dejó un amigo y que desconocía que fuese robado,

Por estos hechos, la Fiscalía pide para él 21 años de cárcel al considerarle autor de un delito de estragos, utilización ilegítima de vehículos y falsificación de documentación oficial.

En cuanto a la participación de Xiana Rodríguez -también miembro de AMI- la fiscal pide para ella 19 años de prisión por los delitos de estragos y utilización ilegítima de vehículos. No obstante, Caamaño exculpó a su compañera. "Me la encontré por el camino e intenté deshacerme de ella para que no estuviese conmigo en ese momento", explicó. Su testimonio fue corroborado después por Xiana Rodríguez, que, en todo caso, eludió condenar la violencia con fines políticos. "Habría que definir primero lo que es violencia porque es algo muy abstracto", aseguró.