Tener una depuradora no es la solución definitiva a las aguas residuales. Para que funcione bien se deben controlar los vertidos y tratarlos adecuadamente antes de que entren en la estación de aguas residuales (edares). Sin embargo, sólo el siete por ciento de los municipios cuentan con ordenanzas que regulan estos vertidos, una cifra que el conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, tachó de "espeluznante".

Según los cálculos de la Xunta, las actuales estaciones depuradoras que existen en Galicia tienen unos costes anuales de explotación de 42,5 millones de euros. Además Manuel Vázquez recordó que al menos 40 de las edares que ahora están en funcionamiento tienen más de 10 años, de manera que en breve habrá que acometer inversiones para renovarlas.

El modelo que propone la Xunta para acometer estos gastos es crear un organismo público formado por ayuntamientos y Gobierno gallego que se encargue de la gestión del saneamiento en Galicia.