Los 23 tripulantes del Playa de Bakio, de ellos ocho gallegos, ya están libres tras siete días retenidos por unos piratas en aguas somalís y "todos están en perfecto estado", pese a la tensión vivida, informaba ayer el Gobierno español. Alrededor de las cinco y cuarto de la tarde de ayer, llegaba a su fin el secuestro del atunero vasco, los piratas abandonaban el barco y éste, escoltado por la fragata española Méndez Núñez, ponía rumbo hacia el puerto de Victoria, la capital de Seychelles, a donde podría llegar, si las condiciones de navegación son buenas, en 70 horas. Desde allí, la tripulación cogerá un avión rumbo a casa, donde les aguardan sus familias, tras una semana de angustiosa espera. Una tripulación de remplazo viajará al puerto de Victoria para asumir el mando del atunero.

La liberación de los marineros, que fueron atendidos por un médico militar de la fragata Méndez Núñez, fue anunciada ayer por la tarde por la vicepresidenta primera del Gobierno de España, María Teresa Fernández de la Vega, pero ésta se negó a desvelar si el armador o el propio Ejecutivo español, o ambos, habían pagado un rescate a cambio de la libertad de los ocho gallegos, cinco vascos y trece africanos secuestrados, aunque todo hace suponer que así ha sido.

Las autoridades somalís, según la agencia Reuters desde Mogadiscio, aseguraban ayer que los piratas habían recibido 1,2 millones de dólares, al cambio 766.188 euros. "Nuestros servicios de inteligencia nos informan que el dinero fue entregado en un barco pequeño y los piratas llegaron a la localidad de El Hud, donde alquilaron unos coches en los que se marcharon", afirmaba el presidente de la autoridad portuaria de Haradhere, Abadisalam Jalif Ahmed.

De la Vega, pese a la insistencia de los periodistas, se limitó a declarar que la liberación fue posible gracias a "la acción coordinada y conjunta del Gobierno con el armador del barco, y de una intensa labor diplomática". "Todas las actuaciones han permitido crear las condiciones para llegar al feliz desenlace", insistió la vicepresidenta, que se negó a despejar la incógnita del rescate, igual que el armador, y zanjó la cuestión así: "Tienen que entender que no sea más explícita, es cuanto puedo y debo decir".

No obstante, De la Vega quiso dejar claro que "en todo momento se priorizó por encima de cualquier otra circunstancia la seguridad de los 26 secuestrados". También afirmó que "la diplomacia ha funcionado" y "los Servicios de Información siguen trabajando". Es más, el Gobierno de Zapatero asume como reto que ningún otro barco vuelva a ser víctima de los piratas del mar y, por ello, reclama "el concurso de toda la comunidad internacional" para que este delito sea "perseguido con más rigor".

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, agradecía desde Perú, la colaboración de los Gobiernos de Somalia, Francia y Estados Unidos, en el rescate de la tripulación del Playa de Bakio. Moratinos también aplaudió públicamente "el trabajo excelente" del embajador español en Kenia, Nicolás Martín Cinto, que se desplazó a Somalia para gestionar la crisis del atunero vasco y buscar un interlocutor para la negociación con los piratas, en un país en destrucción.