Por segundo año consecutivo, la Consellería de Medio Rural subvencionará la creación de fajas de especial protección en espacios colindantes a los montes. El objetivo es que en caso de incendio las llamas no pongan en peligro viviendas, fábricas o infraestructuras diversas. El departamento que dirige Alfredo Suárez Canal quiere evitar que vuelva a pasar como en el agosto negro de 2006 cuando 1.050 aldeas estuvieron amenazadas por el fuego.

Un total de 157 ayuntamientos, la mitad de los consistorios gallegos, ya han suscrito el convenio correspondiente con Medio Rural, aunque esta consellería no descarta más incorporaciones. El pasado año, fueron 191 municipios los que se apuntaron al programa, que entonces supuso un coste de nueve millones de euros. Para este año, el gasto previsto es de seis millones de euros.

Hay ayuntamientos que este año no se adhieren, pues no necesitan volver a limpiar, explican desde la Consellería. El balance del acuerdo del año pasado fue "satisfactorio" para la Xunta, aunque hubo que rescindir algún contrato por incumplimiento por parte del consistorio. También hubo casos en que las tareas se realizaron, pero fuera de plazo.

Los consistorios se comprometen a acometer las tareas de limpieza antes de julio. Así cuando se incremente el riesgo de incendios por las altas temperaturas, ya se habrá retirado cualquier vegetación seca y árboles especialmente inflamables de los alrededores de "cualquier edificación, urbanización, obras o instalaciones industriales o eléctricas situadas a menos de 400 metros del monte".

Los alcaldes deberán utilizar medios propios o contratar los servicios de empresas, que deberán crear una especie de cortafuegos de cien metros alrededor de estas infraestructuras. El año pasado la obligación era una faja de protección de entre 25 y 50 metros de ancho.

El trabajo para eliminar combustible vegetal y, de este modo, disminuir el riesgo de propagación de incendios, consiste principalmente en la realización de rozas mecanizadas o manuales.

Medio Rural ofrece a cada municipio 36.000 euros por esta labor, pagando 800 euros por cada hectárea que se limpie a través de una roza manual y 288 euros si la roza es mecanizada.