Los créditos rápidos han crecido exponencialmente en los últimos meses. El crecimiento se ha producido en dos vías. Por una parte, el número de entidades que ofrecen este tipo de créditos es más elevado. Muchas empresas que ya tenían experiencia en otros países dentro de este sector han exportado su modelo de negocio a España. Cetelem o BigBank son un ejemplo.

Por otro lado, los créditos rápidos se han convertido en una opción alternativa al crédito tradicional. Los motivos están provocados por una mezcla entre el aumento de la necesidad de conseguir liquidez y las dificultades de la banca tradicional pone a la hora de solicitar un crédito.

¿Por qué rápidos?

Este tipo de créditos se denominan como rápidos ya que están pensados para acortar los plazos al máximo desde el momento de la solicitud hasta el momento en que el dinero llega a las manos del cliente.

Los trámites en este tipo de productos se acortan drásticamente gracias al uso de internet. Los desplazamientos, la espera en colas interminables y la búsqueda de documentación se hacen desde cualquier dispositivo con conexión a internet y así los tiempos se reducen.

La rapidez en la concesión del crédito es la principal ventaja a la hora de contratar este tipo de productos. Cetelem, por ejemplo, comercializa su 'Préstamo Cetelem 4 Clicks' que se basa en un proceso de solicitud 100% online. En cuatro pasos el cliente tendrá la solicitud lista y presentada. Otra de las ventajas de un proceso online es el hecho de poder solicitarlo en cualquier momento sin atender a horarios de oficina. El producto se adapta a las posibilidades de cada usuario estando a su disposición las 24 horas del día, durante los 365 días al año.

¿Por qué baratos?

Los créditos rápidos van asociados a intereses altos, así que pensar que son baratos puede ser un error. Al igual que al pedir cualquier tipo de crédito debemos ser muy conscientes de nuestra situación económica y hacer nuestros cálculos para saber si podremos afrontar las cuotas que supondrá una vez concedido.

Dependiendo de la finalidad a la que se destine el crédito puede hacernos ahorrar dinero. A veces, tener la liquidez necesaria en el momento justo es una ventaja.

¿Cuándo puede ayudarnos un crédito rápido?

-Si no consigues financiación en un banco tradicional. Es una alternativa regulada y legal para conseguir el dinero que necesitas según la finalidad que elijes

-Para aquellos que quieren la libertad de no vincularse a una entidad. A veces las entidades a cambio de prestarte dinero exigen una vinculación determinada como abrir una cuenta bancaria o domiciliar la nómina.

-Es habitual que las empresas que conceden créditos rápidos no pidan avales. Este es uno de los filtros más difíciles de pasar la mayoría de las veces que se pide dinero.

-Si necesitamos liquidez con cierta rapidez. En caso de que la prioridad sea acortar plazos para que el dinero entre en nuestra cuenta con rapidez.

Es muy común tener que recurrir a algún tipo de financiación en algún momento de nuestra vida. Encontrar la solución más adecuada según la situación que atravesemos será la clave para seguir el camino adecuado. Una de las prácticas a evitar es pedir un crédito para pagar otro ya que en vez de solucionar un problema, normalmente, se acaba desembocando en una situación todavía más complicada. Para pedir un crédito debemos ser conscientes de que tendremos que devolverlo con sus respectivos intereses.