Peritos del Instituto Torroja de Ciencias de la Construcción, adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), iniciaron ayer los trabajos preliminares para la exhumación, en el mausoleo franquista del Valle de los Caídos, de los restos de cuatro personas. Se trata, por un lado, de los hermanos Manuel y Antonio Lapeña, de Villarroya de la Sierra (Zaragoza), fusilados en 1936 por el bando nacional, insurrecto contra la II República, cuya exhumación ha sido ordenada en sentencia judicial.

También serán exhumados, por resolución de Patrimonio Nacional, Pedro Gil Calonge, de Castejón del Campo (Soria), agricultor reclutado por los nacionales y destinado a Zaragoza, donde murió el 1 de junio de 1937 por herida de bala. Igualmente, Juan González Moreno, agricultor de Arriate (Málaga), reclutado por los insurrectos y muerto en un hospital de Jerez el 1 de agosto de 1938 tras sufrir una herida en la cabeza.

Está previsto que los peritos del CSIC analicen la situación del osario situado en la cripta del mausoleo y emitan un informe técnico sobre su situación y la forma en que se podría acceder a los restos. Junto con los peritos, llegó al Valle de los Caídos una comitiva de familiares que se encontró con la negativa de Patrimonio a que entrasen y presenciasen los trabajos.

Un portavoz de Patrimonio pidió a las familias que "no se interfiera" con la actividad de los peritos. "No es un buen momento; están haciendo sus labores", añadió el portavoz, que reclamó "prudencia". El abogado de los parientes, Eduardo Ranz, calificó de "error" la decisión.

También ayer se difundió que el Ayuntamiento de Madrid podrá cambiar el nombre de las 52 calles de la capital con reminiscencias franquistas que había propuesto el Comisionado municipal de la Memoria Histórica y que un juez había suspendido cautelarmente en un auto del 24 de octubre pasado.