El teniente y el sargento de la Guardia Civil agredidos con sus parejas en un bar de Alsasua en 2016 declararon ayer en el juicio, en la Audiencia Nacional, que temieron por sus vidas y el primero precisó que sufrieron un "calvario terrible" con "golpes y patadas por todos los lados". Ambos creen que se trató de una acción premeditada y organizada.

En la segunda jornada de la vista contra los ocho jóvenes acusados de la agresión -que se exponen a condenas de entre 12 y 62 años de prisión por delitos de amenazas y lesiones terroristas-, declararon también las parejas de los agentes, que narraron con detalle no solo las agresiones, sino también sus consecuencias: la novia del teniente, que contaba 19 años el día de la agresión, relató que viéndose aislada por sus amigos y obligada a abandonar Alsasua, pensó en el suicidio.

Las cuatro víctimas reconocieron en Jokin Unamuno, uno de los tres principales acusados, a la persona que empezó a increparles dentro del bar. "No había nadie que me echara un cable o que intentara calmar la situación", según el teniente. Tanto personas que estaban en el bar como otras que se sumaron les insultaron con frases como "hijo de puta", "perros", "esto es lo que vais a tener cada vez que salgáis de arriba por ser guardias civiles" o "dadles".

En su versión de lo ocurrido, el teniente narró que después de que Unamuno les increpara empezaron a recibir golpes, patadas y empujones. Quisieron irse, pero tuvieron que hacerlo por el pasillo que formaban los agresores en el que siguieron "recibiendo golpes". Y lo mismo que fuera del bar. Por su parte, el sargento relató: "Estoy acostumbrado a situaciones violentas por mi trabajo, pero esa situación nunca la he vivido. Temí por mi vida porque estábamos en inferioridad y esa sensación de odio y de rencor que tenían por ser guardia civil no la he sentido nunca".

El sargento, que llevaba destinado en Alsasua solo veinte días y tenía 33 años, recordó cómo también golpearon al teniente hasta hacerle caer, a la pareja de este cuando intentó hacer "de escudo" y a su propia novia cuando se interpuso entre los agresores y él.