La Mesa del Parlament autorizó ayer a Carles Puigdemont a delegar su voto en los próximos plenos. La petición del Grupo de Junts per Catalunya (JxC), la lista del expresident, fue aprobada por cuatro votos (dos de JxC y dos de ERC) frente a tres (dos de Cs y uno del PSC).

Tanto Ciudadanos como los socialistas catalanes recurrieron la decisión de la Mesa y solicitaron su reconsideración, para lo cual disponían de un plazo de 48 horas. El PPC fue más allá y anunció que, si el órgano de gobierno de la Cámara no accede a sus peticiones, recurrirá al Tribunal Constitucional.

Puigdemont podría delegar su voto ya mañana en su compañera Elsa Artadi, cuando el presidente del Parlament, Roger Torrent, ha convocado un pleno.

Los cuatro diputados soberanistas (Torrent, uno de ellos) siguieron adelante con la propuesta pese a que los letrados de la Cámara lo desaconsejaron con el argumento de que puede contravenir lo estipulado por el Constitucional en su interlocutoria del 27 de enero, incurriendo en desobediencia, y conducir a la anulación de las decisiones que tome el Parlament con el voto delegado de Puigdemont, en caso de que éste sea clave para decantar la votación.

JxC arguyó que Puigdemont está "privado de libertad", como el resto de los líderes independentistas encarcelados, a los que el juez Llarena permite tomar parte en los plenos, y que el 27 de enero el TC sólo se pronunciaba sobre la investidura.

Por otro lado, ERC retiró la candidatura de su diputado Lluís Salvadó a interventor de cuentas de la Cámara al afearle Cs y el PSC que está investigado por malversación.