Desde el 20 de octubre de 2011 las operaciones contra los miembros de la banda, sus estructuras, entre ellas la de apoyo a su colectivo de presos, y contra sus arsenales no han cesado hasta dejarla totalmente descabezada y con un puñado de liberados, radicados fundamentalmente en Francia, que ronda la decena.

Han sido 108 los detenidos en este periodo por presunta relación con ETA, con el mayor número de arrestos en 2013 (37). Por países, 41 fueron capturados en España, en tanto que 49 lo fueron en Francia y el resto en Reino Unido, Bélgica, México, Italia, Brasil, Venezuela, Alemania y Suiza.

Golpes de las fuerzas de seguridad que se han sumado a las numerosas incautaciones de armas y explosivos, con la localización de importantes zulos, el último en diciembre del año pasado en la localidad francesa de Louhossoa en la Operación Seminario de la Guardia Civil y la Dirección General de Seguridad Interior (DGSI) de Francia.

Una operación en la que se detuvo a 5 personas y se intervino un depósito con armas, explosivos y material para hacer bombas que ETA pretendía usar para "una acción propagandística de entrega de armas".

Gracias a las operaciones policiales, sobre todo de la Guardia Civil y la DGSI, ETA ha ido desmoronándose. Así, en julio de 2015 acabaron con el aparato técnico-logístico con la detención de sus dos cabecillas, Iñaki Reta Frutos y Xabier Goienetxea.

Más tarde cayó la última cúpula de la banda, con el arresto de David Pla y de Iratxe Sorzábal, que sustituidos por Mikel Irastorza, al que le duró menos de un año su "mandato".

Fuentes de la Guardia Civil aseguran a "Efe" que la organización ha llegado hasta este escenario actual "agónica" y "moribunda" porque se ha seguido trabajando con "la misma intensidad", con una actividad policial que no ha parado a pesar de que la banda anunciara el cese de la violencia.

Aún así, la organización terrorista no ha desaparecido, quedan "rescoldos" y los investigadores seguirán trabajando hasta que esté todo apagado, añaden las fuentes consultadas.

Y entre esos "rescoldos" preocupa, según fuentes de la lucha antiterrorista, los explosivos y armas que aún conserva la banda, que todavía tiene bajo su control pese a la última escenificación de entrega de material el pasado mes de enero.