La Audiencia Nacional absolvió de un delito de tenencia de armas de guerra a Santiago Sánchez Ramírez, el francotirador que simuló atentar contra Juan Carlos I y Felipe VI apuntándolos con su fusil desde la ventana de un hotel en un intento de probar fallos de seguridad. La sección primera de la Sala de lo Penal, presidida por Fernando Grande Marlaska, decidió absolver al acusado, para el que la Fiscalía pedía nueve años de cárcel, porque considera que las armas que aparecían en sus vídeos no eran de guerra y tenía licencia para adquirirlas. En muchas ocasiones se trataba de armas inutilizadas o simuladas. Sánchez Ramírez acudía actos oficiales para intentar probar lo fácil que habría sido asesinar al Rey y a otras personalidades, entre ellas el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la Princesa Leonor e incluso a jugadores del Real Madrid. Tras grabar el proceso remitía los vídeos a distintas fuerzas de seguridad y partidos políticos alertando de las deficiencias de seguridad.