El PNV desprendía ayer satisfacción por todos los poros ante los resultados de las elecciones autonómicas del domingo, en las que se alzó con 29 de los 75 diputados, dos más de los que tenía. Destacados dirigentes peneuvistas, como su presidenta en Vizcaya, Itxaso Atutxa, aseguraron que no esperaban "en absoluto" un resultado tan favorable. "Ni en nuestras mejores expectativas pensábamos que íbamos a llegar a tener 29 parlamentarios", explicó Atutxa.

En el sistema de investidura vasco no se puede votar en contra, por lo que los 29 diputados del PNV le permitirán sin problemas la reelección en segunda votación del lehendakari en funciones, Iñigo Urkullu. Sin embargo, los nacionalistas no se conforman, de momento, con ese resultado y buscarán "un Gobierno fuerte y estable", según anunció ayer por la tarde su presidente, Andoni Ortuzar, después de la reunión celebrada en Bilbao por el Euzkadi Buru Batzar (Ejecutiva del PNV).

Para ello, el PNV llamará hoy mismo a todas las fuerzas con representación parlamentaria, de mayor a menor, para "mantener encuentros bilaterales que fijen prioridades y calendarios, en un diálogo sincero y efectivo".

Ortuzar resaltó que el propósito del PNV de conseguir fortaleza y estabilidad en el Ejecutivo autonómico vasco les moverá a trabajar "desde las distintas hipótesis que permite la aritmética parlamentaria dibujada por las urnas". En la pasada legislatura, el PNV gobernó en solitario, con un pacto de legislatura con los socialistas del PSE.

"Mantenemos abiertas todas las hipótesis de acuerdo, siempre que se posibiliten la estabilidad y la gobernabilidad, y, al mismo tiempo, podamos hacer frente a los grandes acuerdos de país que la ciudadanía ha respaldado: crecimiento económico, consolidación de una convivencia en paz y derechos humanos, y avance del autogobierno a través de un nuevo estatus político", resumió Ortuzar, quien indicó que le gustaría que, a "mediados o finales de noviembre, el panorama estuviera despejado".