El Rey cumple hoy su segundo año de reinado, marcado en buena parte una provisionalidad política que ha acrecentado su condición de mediador. Felipe VI volverá a ejercer, tras las elecciones del próximo domingo, su competencia constitucional de proponer un candidato para formar gobierno.

Hace ahora un año, Felipe VI y la Reina Letizia celebraron el primer aniversario de la proclamación con una ceremonia innovadora en el Salón de Columnas del Palacio Real. Allí condecoraron a una cuarentena de ciudadanos anónimos procedentes de toda España por su conducta ejemplar. Este año han optado por prescindir de cualquier actividad pública.

La campaña electoral y el contexto de incertidumbre del país, metido en un nuevo proceso de elecciones, no son ajenos a esa ausencia de celebración. El escenario posterior a los comicios condicionará la actividad del jefe del Estado al menos hasta finales de julio.

Una vez queden constituidas las Cortes, el 19 del mes próximo, don Felipe habrá de convocar una nueva ronda de consultas con los portavoces políticos para proponer candidato a la investidura como presidente del Gobierno, la tercera en lo que va de año.

El papel que le otorga el artículo 99 de la Constitución en el proceso previo a la formación de un nuevo Gobierno obligaron al Rey a replantear toda su agenda en los últimos seis meses. En los últimos seis meses, el Rey, que solo salió de España en viajes cortos, asistió en Lisboa a la investidura del presidente Marcelo Rebelo de Sousa, a la entrega al Papa en el Vaticano del Premio Carlomagno, y presidió con doña Letizia en San Juan de Puerto Rico la apertura del Congreso Internacional de la Lengua.

Dentro de España, en el último semestre, la Familia Real recibió a más de un millar de personas en 165 audiencias.