Pedro Sánchez invocó ayer el espíritu del expresidente Adolfo Suárez al ser proclamado candidato del PSOE a la Moncloa, y ciñéndose a su conocido "puedo prometer y prometo", ofreció a los votantes "decencia, diálogo y dedicación" si gana las elecciones del próximo 26 de junio. Su valedora en el acto fue la presidenta andaluza, Susana Díaz, quien, aparcando las reticencias de otras veces, le garantizó la "unidad" del partido, si bien le conminó a ganar los comicios para poder gobernar.

"Puedo prometer y prometo, decencia. Puedo prometer y prometo diálogo. Puedo prometer y prometo dedicación", declaró solemnemente el secretario general socialista en un acto al que asistieron más de 500 personas en el pabellón Los Rosales de Móstoles (Madrid).

Además, un día después de que el comité federal aprobara las listas con las que el partido concurrirá al Congreso y el Senado, el PSOE estrenó el que será su lema de campaña: "Un sí por el cambio". Un lema que opuso a la campaña de las "siglas y las sillas" que advirtió que protagonizará la coalición de Podemos e IU (Unidos Podemos) y que, sumado a la evocación que hizo de Suárez, le mantiene próximo al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, conocido admirador del expresidente de la UCD.

Sánchez se declaró convencido de que las elecciones de junio constituyen una buena oportunidad de evitar que España siga gobernada "por la pereza", en alusión al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy -frente a quien ofreció "dedicación" y "decencia"-, y bloqueada "por la intransigencia de otros", es decir, Podemos.

Sin mencionar al líder de este partido, Pablo Iglesias, el secretario general del PSOE advirtió que el 26-J "va a haber unas cuantas papeletas que signifiquen no al cambio", en referencia a la postura de la formación morada de impedir su investidura el pasado mes de marzo. Por lo tanto, prometió "diálogo" y voluntad de acordar con "todas las fuerzas del cambio", pero no de pactar con el PP, al que recomendó regenerarse en la oposición.

Sánchez aclaró que el 26-J no es "una repetición de elecciones", sino unos nuevos comicios en los que reconoció que el PSOE necesita más apoyo para gobernar del que cosechó el 20-D.

Todo ello se traslució en la intervención de la telonera, Susana Díaz, quien dejó a un lado los roces con Sánchez y le respaldó sin tapujos, prometiéndole unidad, al menos hasta el 26 de junio. "Es un magnífico candidato y va a ser un gran presidente del Gobierno", vaticinó ante la sonrisa del secretario general.

Pese a los elogios, Díaz dejó claro que el PSOE no puede pensar en conseguir la "medalla de plata" en las urnas y aseguró que para poder gobernar, es preciso ganar y no aspirar a quedar "segundo". "Somos el PSOE. Si renunciamos a ganar, los ciudadanos no nos van a reconocer como el PSOE: un partido que ha cambiado España y ha cambiado su vida", avisó Díaz, para remarcar la diferencia "entre los socialistas y los populistas".

Tras negar que el partido esté "débil", la andaluza reconoció que el PSOE "le ha echado ganas, generosidad y muchas horas" para intentar gobernar y "sólo han faltado escaños". Más dura que Sánchez, Díaz arremetió contra Iglesias, "un líder de tácticas oscuras" al que "hay que enseñarle que todo no vale".

Ausencia de Ximo Puig

A la proclamación del candidato no asistió, debido a un acto institucional, el presidente de la Comunidad Valenciana y líder del PSPV-PSOE, Ximo Puig, molesto con Ferraz por vetarle su propuesta de lista única al Senado con Compromís y Podemos.

También se ausentaron por motivos de agenda los presidentes de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y Baleares, Francina Armengol, además del de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, por el incendio del depósito de neumáticos de Seseña, y el líder del PSC, Miquel Iceta. Otro ausente fue Eduardo Madina, a quien su séptimo puesto por Madrid no le garantiza obtener escaño, como le pasó el 20-D.

El PSOE optó por una nueva estética en la proclamación de Sánchez, alejada de la bandera de España con la que sorprendió la última vez. Esta vez, el golpe de efecto se buscó decorando el escenario con grandes paneles de imágenes de margaritas flanqueando el lema de campaña.